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ALMERÍA

Resúmenes biográficos  tomados de Mujeres 2000 y Mujeres 2003 
Dentro de las sección 8 de marzo. Día internacional de la Mujer de Averróes. Red Telemática Educativa de Andalucía

Mantenemos el texto original, pero al ser aquellos de una gran extensión (cada  provincia ocupando en formato PDF entre 6 y 16 mega)  dificultaba su acceso. Esa versión original tiene una imagen de cada una de las personas biografiadas.

Carmen de Burgos Seguí [1867-1932] por Rosa María Ballesteros García. Universidad de Málaga

María Dolores Pérez Enciso [1908-1949] por Rosa María Ballesteros García. Universidad de Málaga

Celia Viñas [1915-1954] por Rosa María Ballesteros García. Universidad de Málaga

Francisca Paula de Jesús Gil Cano [1849-1913] Dª María Jesús Cazorla Núñez. Profesora CEIP Reyes Católicos de Vera. Almería.

Fidela Campiña Ontiveros [1894-1983] Juan Enrique Jiménez Salas. Profesor C.E.I.P Sagrado Corazón de Tíjola. Almería

Dolores Rodríguez Sopeña [1848-1918] Colegio Mater Asunta. Almería.

 

1.

Carmen de Burgos Seguí [1867-1932]

Escritora, periodista y pedagoga. Bautizada en la Iglesia Parroquial de San Pedro (Almería) con los nombres de María del Carmen, Ramona y Loreta, nació al amanecer del día 10 de diciembre de 1867 -algunos autores sitúan la efeméride en 1873 o 1876- en Rodalquivir, municipio de la citada provincia. Era hija de José  Burgos Cañizares, propietario, y Vicecónsul de Portugal en Almería, y de Nicasia Seguí Nieto. Se casó muy joven, «en contra de la voluntad de su padre», a los dieciséis años, con Arturo Álvarez, hijo del gobernador de Almería, instalándose en aquella capital. Allí, por primera vez, entra en contacto con el mundo gráfico colaborando en la Almería Bufa. Problemas matrimoniales y la muerte de su hijo (de los tres que tuvo sólo sobrevivió su hija Maruja), la llevaron a Madrid abandonando el domicilio conyugal. Así describe estos primeros momentos su compañero sentimental

el escritor Ramón Gómez de la Serna: «Carmen vino a Madrid a rehacer

su vida, sin recursos, con su hija en brazos (...) Carmen, con su sombrerito triste y con su hija siempre en brazos» y «en medio del escándalo provinciano».

Tras el divorcio, decidió estudiar magisterio, como alumna libre, al mismo tiempo que se iniciaba en el artículismo. Según datos oficiales ingresó en la Escuela Normal de Maestras de Guadalajara en 1901. En 1905 consiguió una beca para ampliación de Estudios en el extranjero y en 1907 fue comisionada para desempeñar la Cátedra de Economía Doméstica en la Escuela de Artes e Industrias de Madrid. Ese mismo año se traslada a la Escuela Normal Superior de Maestras de Toledo (sus biógrafos coinciden en que fue un castigo impuesto a causa de un artículo publicado en el Heraldo de Madrid que no gustó a la autoridad académica). Allí «sobre vivió » hasta 1909, que se trasladó a Madrid como auxiliar de la Sección de Letras en la Escuela Normal Central de Maestras, al mismo tiempo que desempeña la Cátedra de Economía Doméstica en la Escuela Superior de Artes Industriales e omdistrias” .

En 1911 fue nombrada profesora especial de la Escuela de Artes y Oficios deMadrid. Fue también profesora de sordomudos y ciegos, en la que ejerció hasta su muerte. Como apuntamos, su faceta como pedagoga siempre se vinculó con su actividad como escritora y periodista. Su producción literaria y articulista es numerosísima y abarca un amplio temario: desde belleza y economía doméstica hasta política. En este campo Carmen de Burgos luchó siempre por los principios republicanos, la inserción de la mujer en la vida pública y el sufragio, y con este fin fundó en 1920 la Cruzada de las Mujeres Españolas, a imagen de la creada en Portugal por su gran amiga, la dirigente feminista Ana de Castro. Cerebro intelectualmente inquieto, en 1908 había fundado la Alianza Hispano Israelita, publicando en su órgano de difusión la Revista Crítica. Su trabajo como colaboradora lo desarrolló, entre otras, en las siguientes publicaciones: La España Artística, La Educación, Album Ibero-Americano, La Cor respondencia de España, El País, ABC, Feminal, La Alhambra, El Liberal, Tribuna Pedagógica, Por esos mundos, La Esfera, El Turbión. Fue redactora de El Heraldo y El Nuevo Mundo de Madrid. Fue miembro activo de la Asociación de la Prensa y de la Sociedad de Escritores y Artistas, Ateneo, Protección de la Infancia y «otras sociedades científico literarias». Fue también la primera mujer corresponsal de guerra en España. Por lo que se refiere a su conciencia feminista ésta se fue desarrollando y evolucionando paulatinamente. En un principio, sus reivindicaciones se basaron fundamentalmente en la defensa del derecho a la educación, y al papel fundamental de la mujer como madre. No obstante acabaría defendiendo, con la pasión que siempre la caracterizó, el papel de las mujeres en la vida pública. Esta misma evolución puede aplicarse al tema del sufragio, pues si en un primer momento tuvo ciertas dudas respecto a la conveniencia de hacerlo extensivo a «todas» las mujeres españolas, su implicación posterior con el republicanismo y las ideas socialistas hicieron de ella una de las mayores defensoras del sufragio universal.

El día 9 de octubre de 1932 fallecía en Madrid, cuando participaba en una reunión política del Círculo Radical Socialista. Su último aliento fue para vitorear a la República. Su amiga Dolores Cebrián, esposa de Julián Besteiro y compañera de Carmen en la Normal de Toledo, lo comunicaba oficialmente al Ministerio de Instrucción Pública y Bellas Artes. Al otro lado de la frontera, la revista portuguesa Portugal Feminino, con la que colaboró en vida, también ofrecía su tributo a la feminista española insertando la necrológica (elaborada por su amiga Ana de Castro Osorio) en su «Página Feminista»: «Carmen de Burgos, la gran escritora española que el 9 de octubre murió heroicamente en plena actividad de acción liberadora, es un valor mundial que todas las mujeres deben respetar (...) Amaba sus ideales más que a su propia vida... Y quien sabe si su gran y heroico sacrificio quedará aún largos años desconocido e inútil para la sociedad y, principalmente, entre las mujeres, al progreso de las cuales se sacrificó».

 

B i b l i o g r a f í a

CASTRO OSORIO, A.: «Carmen de Burgos», en Portugal Feminino, nº 9, p. 13, Lisboa, 1932.

BALLESTEROS GARCÍA, R. Mª. El movimiento femimista portugués. Del despertar republicano a la exclusión salazarista (1909-1947). X Premio de Investigación «Victoria Kent» (ex aequo). Málaga, Servicio de Publicaciones Universidad (en prensa).

ESTABLIER PÉREZ, H. «Carmen de Burgos Seguí: Colombine. Historia de un compromiso», en Mª José Jiménez Tomé (coord.), Premio de divulgación feminista Carmen de Burgos (1993-2000), Málaga, 2000. STARCEVIC, E. Carmen de Burgos defensora de la mujer, Almería, Julio, 1976.

Rosa María Ballesteros García. Universidad de Málaga

 En relación a este esbozo  Francisco Urrutia Pérez nos hace llegar la siguiente y ajustada puntualización "su lugar de nacimiento no es "Rodalquivir" como viene reseñado (ese lugar no existe en Almeria) sino Rodalquilar.

 

2

María Dolores Pérez Enciso [1908-1949]

Maestra, escritora, periodista y política republicana. Había nacido en Álmería el 31 de marzo y fue la primogénita de tres hermanos (Francisco, muerto muy niño, y Guillermo) de Francisco Pérez Castro y de Dolores Enciso Amar. La familia se trasladó siendo ella niña a Barcelona, destino de trabajo de su padre, aunque por enfermedad de éste regresan de nuevo a la casa familiar almeriense. Viuda la madre, abre una tienda de quincalla para sostener a la familia. En 1923, con quince años, María comienza su carrera de Magisterio en Almería, aunque poco después se traslada a Barcelona para cursar la carrera que concluyó en 1927. Estuvo vinculada a la Residencia de Estudiantes de Ríos Rosas, en el barrio de San Gervasio de la Ciudad Condal. En palabras de Antonina Rodrigo: «un lugar apacible, con una valiosa biblioteca; en el buen tiempo, las tertulias se celebraban en el jardín junto al verdor y rumor del agua». En aquel lugar, antes de finalizar sus estudios, tuvo la oportunidad de conocer a la gran poetisa chilena Gabriela Mistral.

Allí coincidió también con gran parte de la intelectualidad barcelonesa, y los visitantes extranjeros que por allí pasaban: Pierre Vilar, Gaillard... Allí, continúa Rodrigo, «se formó culturalmente María Enciso y se acrisoló su compromiso ético, con honda inquietud social, dedicada a la enseñanza en las Escuelas Públicas de la Generalitat».

Muy joven aún, se casó con Francisco del Olmo y tuvo una hija: Rosa del Olmo Pérez. Sin embargo, el matrimonio fracasó y en 1932 se divorciaron. Poco después se uniría sentimentalmente con Ramón Costa, izquierdista catalán. María también había iniciado su compromiso militante con el Partido Comunista de tal forma que durante la Guerra civil actuó como Delegada de la República supervisando el acomodo de los hijos de los republicanos en Bélgica. Finalizada la guerra española, comienza otro nuevo horror: las tropas nazis invaden Europa y Dolores regresa a Francia; de allí a Liverpool camino de un exilio que no tendrá billete de vuelta. Dolores se exilia con su hija en Colombia. Allí trabajó como periodista para ganarse la vida, aunque siguió cultivando la literatura. Fue redactora del semanario Sábado, colaborando también con El Tiempo y la Revista de las Indias de la capital colombiana. En 1945 viajó a Cuba, residiendo los tres meses que pasaron en La Habana ella y su hija en una residencia regentada por un matrimonio español exiliado (Eduardo Ortega y Gasset y Adela, su mujer). Allí colaboró con El Diario de la Marina y de allí pasaron a México. De nuevo comienza su trabajo literario compaginándolo con trabajos de periodismo «rosa» (colaborando con la revista popular Paquita del Jueves). También colaboró con el revolucionario El Nacional, en el suplemento semanal. Durante su estancia en México se produjo el reencuentro con su amiga Mercedes Rull, de origen almeriense como ella, a quien había conocido en La Habana. De ella recogió el testimonio Antonina Rodrigo para elaborar la biografía de Dolores Enciso. Ella la asistió hasta su muerte y de ella hace este retrato psicológico: «(...) era una persona extraordinaria, servicial, que ayudaba a todo el que podía». Según la amiga, Dolores vivió su exilio siempre con la nostalgia por su país, por su madre que quedó sola en Almería. Su hermano Francisco había podido salir del campo de concentración francés gracias a su ayuda y emigró como ella a América. En 1949 ejerció como catedrático de Filosofía en Caracas (Venezuela). María murió tras una operación de apendicitis. Fue enterrada en al Panteón Español, de México. Dejó una hija de trece años.

En su obra literaria Dolores deja traslucir su reivindicación de la libertad y su interés por mantener viva la memoria histórica. Entre sus obras: Europa fugitiva.

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Treinta estampas de la guerra (1941); Un recuerdo del horror con unas palabras e IsabelleBlume; Cristal de las horas (1942), libro de poema dedicado a su madre y a España; De mar a Mar (1946), publicado por Manuel Altolaguirre; Raíz al viento (1947).

MEDINA, A. María Enciso, escritora almeriense del exilio, estudio y antología. Servicio de Publicaciones de la Diputación de Almería, 1987.

RODRIGO, A. Mujer y exilio, 1939 (Pról. de M. Vázquez Montalbán), Compañía Literaria, Madrid, 1999.

 

Rosa María Ballesteros García. Universidad de Málaga

 

3

Celia Viñas [1915-1954]

Catedrática de Lengua y Literatura, escritora y poeta. Muy vinculada a la ciudad de Almería por su docencia. Catalana de nacimiento, había nacido en Palamós el día 16 de junio de 1915, aunque su infancia y su adolescencia transcurren en la isla de Mallorca. En la Facultad de Filosofía y Letras de Barcelona cursa sus estudiosos superiores y allí toma contacto con una actividad con la que siempre estaría vinculada: el teatro. Durante sus años de estudiante participó activamente en todos los foros en los que la poesía y la literatura están presentes. Tras licenciarse trabajó como becaria en el C.S.I.C. y asistió a cursos en el Instituto Italiano de Cultura. En el año 1943 consigue su Cátedra de Lengua y Literatura española con el número uno. Su destino es Almería, ciudad que ya no abandonará hasta su prematura muerte en 1954. Siendo profesora en dicha ciudad comienza a colaborar con una de sus alumnas, Tadea Fuentes, quien después estudiaría en la Universidad de Granada Filosofía y Letras, como Celia. Como apuntamos al principio, el amor por el teatro lo llevó Celia como una segunda piel. Maestra y alumna trabajaron juntas

en varios proyectos: leyeron textos de autores dramáticos contemporáneos y representaron varias piezas teatrales. Nos referiremos a una pieza en particular, elaborada por ambas, que titularon Plaza de la Virgen del Mar, acabada en 1949 y representada por ambas en el teatro Apolo de Almería, el 24 de abril del mismo año. Era una comedia de títeres y hombres en tres actos cuya acción se desarrollaba en la plaza de una pequeña ciudad (de ahí el título). La autora recrea la plaza pueblerina, «un rincón del tiempo parado como un reloj», como afirman sus protagonistas, y la convierte en un micromundo en el que se adivinan ciertos aires de existencialismo en algunos de sus personajes (entre los que se encuentra un personaje femenino encarnado en una profesora de instituto). En el estilo descriptivo, Celia se anticipó al tipo de escritura que utilizará Cela, por ejemplo, al escribir La Colmena. Celia comparó el éxito de esta obra con las Bodas de Sangre del granadino Federico García Lorca. No tuvo menos elogios para con Tadea a la que comparó con Margarita Xirgú. Con sus alumnos del Instituto de Almería montó varias piezas del teatro clásico español, y también de autores extranjeros, como O´Neill y Baty. Pero su actividad intelectual no se queda en las tablas. También escribe y publica libros de poemas: Trigo del corazón, publicado en 1943, Palabra sin voz, publicada diez años después.

Ese mismo año, rememorando sus orígenes catalanes, escribe el poemario Del foc y la cendra, en catalán. La producción de la autora, a partir de esas fechas, está inspirada por la espiritualidad y, en algunas ocasiones, religiosa. Sus artículos sobre literatura fueron publicados en diversas revistas. Murió en Almería el 21 de junio de 1954. No había cumplido aún cuarenta años. Dejó dos novelas inéditas.

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CASANOVA, A. Vida y obra de Celia Viñas, Madrid, 1955.

MEDINA, A. «Celia Viñas y el teatro», en VIÑAS, Celia, Plaza de la Virgen delMar, Almería, 1974.

VV.AA. Autoras en la Historia del Teatro Español 1500-1994, (Juan Antonio Hormigón, dir.), vol. II, Madrid,  1997.

VV.AA. Homenaje a Celia Viñas. Librería Editorial Cajal, Almería, 1974.

 

Rosa María Ballesteros García. Universidad de Málaga

 

1.

Fidela Campiña Ontiveros [1894-1983]

Fidela Campiña nace en Tíjola un 28 de enero de 1894. En su partida de nacimiento reza el nombre de Fidela, Ana y Josefa Campiña Ontiveros. Sus padres eran naturales de Lúcar. Antonio Campiña Caparrós era empleado del Ayuntamiento de Tíjola, desempeñando la función de recaudador de impuestos.

Dice Francisco Hernández Girbal, en su artículo aparecido en la Revista Ritmo, que a los 6 años comenzó los estudios de solfeo y piano en el conservatorio de Madrid con el profesor José Tragó, y los de canto con el prestigioso maestro Tabuyo , obteniendo en 1913 el Diploma de Honor. Hizo su presentación en el Teatro Real de Madrid como Margarita en la ópera de Arrigo Boito: Mefistófeles. Tan grande fue su éxito, que cantó a continuación la Elsa de Lohengrín.

A partir de entonces viajó por las principales ciudades del arte. En Europa: Madrid, Barcelona, Roma, París, Londres, Montecarlo, Holanda y Milán. En América cantó en los siguientes países: Paraguay, Uruguay, Bolivia, Brasil, Argentina, Estados Unidos, Méjico y Cuba.

El Correo Musical Argentino de Buenos Aires, en diciembre de 1982, publicaba: “sus grabaciones operísticas comprenden sólo seis caras de disco registradas acústicamente para el sello Columbia a comienzos de la década del veinte. Ellos son: L´altra notte infondo all´mare, Ritorna vincitor, Cieli azzurri, Vissi d´arte, Suicidio y D´amor sull´alli

rose. Fue dirigida por: Vigna, De Sabata, Jonel Perlea, Serafin, Votto, Walter ... etc. Cantó todo lo de Wagner, Verdi, Puccini, Giordano, Strauss y Mascagni… etc. Y lo hizo junto a: Tito Ruffo, Ricardo Stracciari, Parmiggiani, Boris Christoff, Guichandut, Giuseppe Anselmi, Miguel Fleta, Cecilia Gagliardi, Toti Dal Monte, Nazareno de Angelis ... etc.

Tal era su temperamento, que recibió el apodo de “la leonesa”, según cita el Correo Musical Argentino.

En Nueva York, y ante 100.000 espectadores, cantó Cavalleria en el recinto de la Exposición Mundial del año 1940. En la Escala de Milán cantó Tristán e Isolda, bajo la dirección del Maestro Sabata y después Nerone, que dirigió Pietro Mascagni (1934). Su última actuación fue en Trieste y lo hizo con la ópera: El Ocaso de los Dioses (1948).

Lo cantó todo: Mefistófeles, Aida, La Africana, Salomé, Tristán e Isolda, Sigfrido, Sansón y Dalila Turandot, Il Re de Lahore, La fanciulla de west, Nabuco, Caballería Rusticana, La Gioconda, Norma, La Dolores, La Llama, Lohengrin, La Boheme, El Holandés Errante, Tannhauser, El ocaso de los dioses, La walkiria, El Trovador, La Morisca, Los Hugonotes, Otelo, Tosca, Carmen, Las Golondrinas, Nerone, Maruxa, Mendi Mendiyan ... etc.

Sigue diciendo Hernández Girbal que: “Tenía cuatro ases (características) que guardaba para las grandes ocasiones: voz amplia, dicción impecable, temperamento arrebatador y talento interpretativo”.

Pocas pudieron comparársele. La gran extensión de su voz y la perfección de su escuela de canto le permitieron desde los primeros años de su carrera interpretar, con asombrosa brillantez, partes de soprano lírico-dramática. Volviendo a su voz, quiero dejar constancia de que en cierta ocasión estuvo en Tíjola, en pleno apogeo de su carrera artística, y cuentan que después de visitar la ermita de la Patrona cantó en la puerta de la misma y tal era su voz que se oía en el Muro, es decir, en el otro extremo del pueblo.

Se retiró a la edad de 54 años y falleció en Buenos Aires un 28 de diciembre de 1983, recibiendo sepultura en el cementerio de La Chacarita.

 

Bibliografía.

Jiménez Salas, Juan Enrique: Tíjola.- Desde finales del Antiguo Régimen a la Modernidad. Granada 1992

Hernández Girbal, F: “Viejas fotografías de mi álbum” en Revista Ritmo. Guiard Julio.: ‘”Fidela Campiña, una tijoleña universal” en Boletín Municipal nº 29. Diciembre de 1990. Tíjo1a.

Máximo, Antonio: - Entrevista publicada en la Revista Esto es Música. Buenos Aires, 1981.  Correo Musical Argentino. Buenos Aires. Diciembre 1982.

- Enciclopedia Dello Spectacolo. La Maschere. Roma 1954.

 

Juan Enrique Jiménez Salas. Profesor C.E.I.P Sagrado Corazón de Tíjola. Almería

 

2

Francisca Paula de Jesús Gil Cano [1849-1913]

Paula de Jesús Gil Cano nació en Vera (Almería) el día 2 de Febrero de 1849, en el seno de una familia humilde. Desde su nacimiento, sufre la pobreza más extrema tanto en el aspecto material como afectivo. Su padre abandonó a la familia al nacer esta niña, la menor de seis hermanos, y como la madre carecía de medios para poder sacar adelante a la familia, tuvo que ingresar e sus dos hijos pequeños en la casa de Misericordia de la ciudad de Cartagena (Murcia). Paula pasó su infancia y juventud junto a las Hijas de la Caridad, siendo educada, según la costumbre de la época, en los valores cristianos y formada en las tareas domésticas. Allí permaneció hasta los 30 años, colaborando estrechamente con las Hermanas de la Caridad y destacándose por su sencillez, caridad y humanidad.

De una valía moral y espiritual extraordinaria, la personalidad de esta mujer es rica en múltiples facetas: fuerte y firme, decidida y perseverante en los objetivos que se propone; activa, metódica, disciplinada y ordenada; dotada de una gran capacidad de trabajo; segura y transmitiendo siempre confianza a las personas de su entorno; alegre, espontánea; altruista y siempre dispuesta a prestar ayuda, enseñar y apoyar a las demás personas, sobre todo a los sectores desfavorecidos de la sociedad, a pesar de su precaria salud. Esa entrega incondicional a sus semejantes, esa necesidad de volcar todas sus energías en el ser humano es más fuerte en ella que el gusto por desarrollar ideas o aprender, pues, aunque dotada de una inteligencia natural, es persona más preocupada por resolver problemas de la vida cotidiana que dada a especular o a moverse en el terreno de las abstracciones.

A partir de la trágica riada que afectó a Murcia el 15 de Octubre de 1879, comienza su labor de entrega a los demás, acudiendo a prestar ayuda y consagrándose, desde entonces, al cuidado de niñas y niños huérfanos. Para ello, y contando con la ayuda de algunas señoras de la ciudad, crea el asilo para niñas huérfanas.

Con la ayuda y el apoyo del padre franciscano, Francisco Manuel Malo (OFM) funda el Instituto de Hermanas Franciscanas de la Purísima Concepción, extendiendo sus servicios desde este momento a toda clase de personas necesitadas. Crea hogares, escuelas, hospitales, residencias para ancianos y personas marginales por toda la geografía nacional: Casa Madre en Murcia, Ondara, Valdepeñas, Almagro, Consuegra, Orihuela, Mora, Herencia y Madrid.

Su heroica labor a favor de quienes la necesitaban se manifestó especialmente en los contagiados del cólera morbo en Murcia (1885), a muchos de los cuales atendió personalmente en sus lechos de muerte. Varias hermanas perdieron su vida en esta labor de apoyo a las víctimas de la epidemia. De la misma forma actuaron en las inundaciones de Consuegra (Toledo) en 1891.

Tras una lucha constante tuvo la dicha de ver aprobadas sus Constituciones definitivamente el 14 de septiembre de 1903 por el Papa Pío X.

Siguiendo el ejemplo de San Francisco de Asís crea su propia Congregación. Sus hijas, las Hermanas Franciscanas de la Purísima Concepción han expandido su obra no sólo por la geografía española sino también por toda Hispanoamérica y África.

Tras una vida entregada a los demás murió en la casa Madre de Murcia el 18 de Enero de 1913.

De lo anteriormente expuesto se puede constatar que fue una gran mujer andaluza, humana, audaz, progresista, adelantada a su época, defensora a ultranza de la justicia social y preocupada por la educación y promoción de la mujer.

Su causa de canonización se inició en el obispado de Cartagena el 14 de Noviembre de 1995 y en Roma el 24 de Octubre de 1997, por lo que se está a la espera de su pronta beatificación y posterior canonización.

Bibliografía

Barrios Moneo, A. La historia y la espiritualidad de la Madre Paula, San José de Costa Rica, 1993.

Barrios Moneo, Alberto: Los pobres son mis delicias, CMF, Madrid, 1995.

Vazquez de la Torre, Concepción, Vida ejemplar de la muy Rda. Madre Paula de Jesús Gil Cano, Fundadora de las Religiosas Terciarias de la Purísima, Madrid, 1.958

Jiménez de Cisneros, Consuelo, Madre Paula la amiga de los niños. Murcia, 1.995

Bibliografía

Dª María Jesús Cazorla Núñez. Profesora CEIP Reyes Católicos de Vera. Almería.

 

3

Dolores Rodríguez Sopeña. [1848-1918]

 

Dolores Rodríguez Sopeña nació en Vélez Rubio, un día antes de que finalizara el año 1848. Sus padres, Tomás Rodríguez Sopeña y Nicolasa Ortega Salomón, eran naturales de Madrid y de Peña del Campo (Palencia), respectivamente. Tuvo siete hermanos y ocupaba entre ellos el cuarto lugar por orden de nacimiento. Debió tener una altura de 1’63 metros, aproximadamente. El color de la piel, blanca. Los ojos castaños. El cabello también castaño, más tarde canoso, lógicamente, por el paso del tiempo. Tuvo desde niña unos ojos enfermos, casi sin pestañas pero no parece haber sufrido lo más mínimo por ello, al contrario, poseía el atractivo de una rica personalidad, producto de una inteligencia media-alta, gran intuición, lucidez mental e ingenio.

Era de carácter fuerte, genio vivo y voluntad muy firme. Tenía decisión, intrepidez, valor, fortaleza de ánimo, fuerte sentido del deber, enorme capacidad de trabajo, constancia, dotes de organización, buen sentido y sociabilidad, que fue creciendo con los años, pues de niña y de joven era sumamente tímida.

Era una persona sincera, leal, franca, simpática, sencilla y de trato agradable. Mostraba una sensibilidad exquisita ante el sufrimiento y el dolor ajeno. De joven era un poco melancólica. Después no parece que volviera a experimentar este sentimiento, cuando tuvo grandes cosas en que ocuparse, cuando otras personas que la necesitaban fueron invadiendo prácticamente su vida.

No tenía carreras ni estudios especiales, sino la cultura general de una joven de familia media de su tiempo. Sí vivió en un hogar cultivado intelectualmente, pues su padre era juez.

En el terreno religioso, desde niña tuvo una fe enorme. Su padre y su madre fueron grandes creyentes, como lo atestiguan su vida y su muerte. Las grandes verdades de la religión católica que le enseñaron fueron sus convicciones más profundas y crecieron con ella. Su fe alcanzó un alto grado de madurez y experiencia..

Toda su vida la dedicaría a los demás, a cuidar de que no faltara lo imprescindible a las personas que convivieran en su entorno.

Durante su infancia, recorrió con su familia varias localidades de las provincias almeriense y granadina. Con nueve años, y encontrándose con su familia en Ugíjar, comenzarían sus problemas con la vista. Entonces la intervinieron practicándole la operación llamada en aquel tiempo “sedal”, que consistía en abrirle un canalillo por el cuello, introduciéndole un cordoncito de seda que atraía la supuración, desviándola de los ojos. Sin embargo, a lo largo de toda su vida sufrió este mal.

En 1866 se instala en Almería al ser nombrado su padre fiscal de la Audiencia.

Entonces comienza su labor de dedicación íntegra a los demás. Recorre las cuevas de La Chanca con su amiga Araceli Núñez y ante la adversidad y la penuria que encuentra decide ayudar de alguna forma.

Así, cuando las obras de teatro que interpretaban no daban dinero suficiente para paliar las penas que hallaban, recurren incluiso a disfrazarse de mendigas y pedir para poder mitigar el mal que tenían aquellas personas, según cuenta Florentino Castañeda en la revista Velezana.

Más tarde, trasladado su padre a Puerto Rico, la familia de Dolores fija su residencia allí, mientras ella permanece en Madrid, donde se recuerda y valora su trabajo en el Hospital de la Princesa y en la cárcel de mujeres. Viajará finalmente hasta ese país americano. En todo este tiempo Dolores ya ha iniciado su obra: abre centros de ayuda para los obreros, en Madrid, en toda España, y luego ella misma viaja por el mundo: Orán, París, Cuba, Chile, Buenos Aires, para acoger a las personas de las clases más desprotegidas.

Organiza un laicado comprometido en la promoción y evangelización del mundo del trabajo y funda una institución que continúa hoy su obra extendida por España, Italia e Hispanoamérica. Se cuentan hasta 199 viajes en cuatro años, a pesar de su enfermedad, pero alentada siempre por la miseria que encuentra y por el respaldo que le dan otras personas que la animan y la secundan.

El 10 de enero de 1918 falleció en Madrid con fama de santidad; entonces, quienes la acompañaban en su labor y los innumerables pobres a quienes alivió dijeron que había muerto la Madre de los Obreros. Por todo el mundo quedaron sus centros para obreros, dentro de la institución que trabajaba bajo el nombre de Damas Catequistas.

Tres años antes de que falleciera se le concedería la Cruz de Alfonso X. Después se iniciarían los trámites para su elevación a los altares, y el 19 de junio de 1980, su Santidad el Papa Juan Pablo II introduce su causa de beatificación.

 

Bibliografía

Castañeda, Florentino: “Biografía de D. R. Sopeña”, Revista Velezana nº 14, Ayuntamiento

de Vélez Rubio,1995.

“Los cien almerienses del siglo XX”, Periódico Ideal, Almería.

 

Colegio Mater Asunta. Almería.

 


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