LA INMACULADA CONCEPCION.

PATRONA DE LA INFANTERIA.

De Miguel Moya. 11 de Diciembre de 1949

La andarina y arriesgada infantería se viste de gala en estos días para rendir a su Patrona la Virgen Madre, sus rezos que piden un año más su protección y guarda.

Toda la familia militar, España entera acompaña a los soldados de a pié, a los infantes vestidos de punta en blanco en los días de paz, a igual que acompaña , les ayuda, les empuja, cuando sus hombres desgarrados son punta en combate en días de guerra.

La patrona responde a las características más raciales de los españoles, que se acusan en los guerreros, en los soldados.

Nada puede satisfacer tanto el idealismo de¡ hombre español como su creencia en dogma espiritual Y esto es, como todos lo sabemos, la lnmaculada.

El dogma de la concepción en estado virginal por una santa pero sencilla mujer terrena de Dios mismo.

Los teólogos españoles, riñeron en su día su batalla para que así fuese considerado y dogmatizado por la suprema jerarquía de la Iglesia.

Ya hizo observar Ganivet cómo responde el dogma de la Inmaculada al ideal del hombre español.

Pero el español es hombre que quiere, que necesita sus ideales encarnados en realidades concretas. Si el ideal es bueno, verdadero, lo resume en una bella realidad.

De un dogma espiritual hace una madre divina pero cercana que escucha y consuela nuestras maldades y penas de todos los días.

Si la materia es mala la transforma, en justos ideales. Como hizo D. Quijote - espejo de la raza- con la campesina, quizás zafia, con los galeotes... Si saca el dogma de la Inmaculada de los Evangelios mismos, vuelve a ellos para reverenciar en maria, la sencilla virgen de Nazaret, "que sí bien se turbó por su humildad al oír las alabanzas del ángel, creyó que sería madre virgen y que su hijo sería el Hijo de Díos." Que vio sin turbarse al Señor y que estuvo al pié de la Cruz, con su corazón apenado con todos los dolores de la madre, y sin embargo empezando ya a querer en Juan a todos los hombres de la Tierra.

Ningún hijo está más cercano que otro en el amor de la madre.

Los soldados, sin embargo, mueren, como su Hijo, jóvenes, en la plenitud de la vida. Y cuando son soldados españoles, mueren también un poco como su Hijo en la Cruz de las guerras justas. Y mueren también cara al cielo o a las estrellas donde buscan el amor y el perdón de sus dulces ojos celestes.

Para todo lo que el soldado sufre fuera del hogar o en la guerra tiene el consuelo de la Virgen Madre, y para sus días tristes y pecadores tiene el perdón de la Virgencita que solo supo de purezas y de amor.

El soldado español puede como hombre, ser arrastrado por su barro o su pasión, pero es grande su abnegación y su sacrificio y hay en su corazón algo de bondad, amor y sencillez que le ha dado su Patrona la humilde y pura María de Nazaret.

En tiempos de paz la fiesta se celebra con alegría ruidosa, bullanguera e infantil. Todos los años los muchachos españoles de los veinte aguardan jubilosos, impacientes, los días de Diciembre en que los Jefes ceden un poco su autoridad a las Vírgenes del Cielo y rememorando su espíritu hacen todo lo que pueden para que sus soldados, mañana los hombres de España, lleven a sus hogares el recuerdo grato, para toda la vida, de estos días, que serán siempre, en la paz y en la guerra, los de sus amadas Patronas.

Como días después en la Nochebuena habrá alegría en los hogares bajo la sonrisa de las madres, el día de la Purísima los soldados ríen por España, convertida en gran hogar alegre bajo la mirada sonriente y dulce de la Virgen.

En días duros y de guerra la fiesta también se celebra. Recordamos un 8 de Diciembre sombrío, extraño. Los soldados tomaron a broma la falta de ordinario. La guitarra rasgueaba entre bromas y alegrías de los muchachos de España que se acordaban de su Patrona.

Y uno cantaba esta cierta soledad:

Y la cena de esta noche con el agua y la sardina y la sardina de postre."

Y otro le pedía al "Pater": -Cuéntenos el primer milagro de Jesús, aquel que le pidió a la Virgen, el de las tinajas... hágalo....

Cosas de soldados españoles.

Al amanecer se habían prosternado para rezarle ante un sencillo altar donde no faltó, sin embargo, un trozo de paño celeste, su imagen y los colores apasionado de nuestra bandera.

Para saber más de Ifni http://www.izquierdo.net/ifni

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