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Adela Riquelme O'Anley

n.Cádiz 1840. Maestra, directora de Normal, defiende derechos de las mujeres profesoras

2 Referencias

1)

Extractos tomados de Larrosa Martínez, Faustino; Maldonado Izquierdo, Leonor, Las escuelas normales de Alicante: Conservadurismo y renovación entre 1844 y 1931, Universidad de Alicante. Servicio de Publicaciones, 1ª ed.(12/2012). Alicante. ISBN:8497172426 ISBN-13:9788497172424

Adela Riquelme O'Anly, natural de Cádiz, fue la directora que tuvo más trayectoria profesional más sobresaliente a pesar de que su paso por Alicante fue muy Breve. El 8 de Junio de 1881 la Comisión permanente de la Diputación alicantina dejaba constancia de que la profesora Adela Riquelme se posesionaba de la dirección de la Escuela Normal de Maestras (Ramos, 2000b; 354) cargo del que hizo renuncia posteriormente por motivos de salud. Desconocemos la fecha exacta en que dejó esta Escuela Normal, no obstante es probable que lo hiciera a principios de 1882. Había sido institutriz y estaba en posesión del título de Maestra de Primera Enseñanza Superior, expedido en 1861 con calificación de sobresaliente. En 1880 obtuvo el de la Escuela de Comercio de Señoras de Madrid, siendo una de las cinco alumnas premiadas de su promoción. Contaba con experiencia previa y con un currículo de gran prestigio y categoría por haber ocupado, por oposición, la dirección de la Normal de Maestras de Ciudad Real en 1862 y la de Granada, en 1864 (Colmenar 1988:631-633).

A partir de 1884, después de ejercer en Alicante, ingresó en la plantilla docente de la Central de Maestras de Madrid como una de las principales profesoras, ocupando ocasionalmente la dirección. Buena conocedora de los problemas pedagógicos de su época, asistió al poco de dejar la dirección de la Escuela Normal de Alicante al Congreso Pedagógico celebrado en mayo de 1882 en el que se debatió el problema de la promoción cultural y social de la mujer (Folguera, 1997:464). En una de sus sesiones participó activamente junto a personalidades como Giner de los Ríos y Bartolomé de Cossío. Allí defendió una ponencia en la que planteó abiertamente la necesidad de “ilustrar” a la mujer como primer factor de la cultura de los pueblos y argumentó a favor de la capacidad intelectual de ésta frente a los que defendían lo contrario:

“La discusión de la aptitud de la mujer para ciertos estudios, para determinados cargos, no está ni puede estar fundada en sólidas razones, en argumentos que no admiten réplica... ayer como hoy, y como siempre, tenemos pruebas incontestables de que Dios ha puesto en su corazón y en su cabeza el mismo fuego sagrado de valor e inteligencia que en su compañero” (Ballarín, 2006:516)

Ante las limitaciones que se imponían a la educación femenina defendió la legitimidad de las aspiraciones de las mujeres, expresando que aquellas que tuvieran suficientes aptitudes podían y debían llegar a alcanzarlas, por elevadas que éstas fueran. Denunció la marginación en la que se hallaban las escuelas normales femeninas respecto a las de maestro, rompiendo una lanza a favor de la igualdad de sueldos y reclamando las plazas de profesores de las normales de maestras recayeran exclusivamente en mujeres, por considerar que estaban tan capacitada como los hombres para realizar esta labor (Colmenar, 1988: 273). La Revista de Instrucción Pública de Alicante recogió su brillante intervención en el Congreso Pedagógico de 1882 en los siguientes términos.

“La Sra. Dª Adela Riquelme, directora que fue de la Normal de maestras de esta capital, fue saludada al ocupar la tribuna con una salva de aplausos: trató con la facilidad y elocuencia que le son peculiares, del desempeño de las cátedras de las escuelas Normales de maestras por señoras, defendiendo a éstas con gran vigor y reclamando la igualdad de haberes. La oradora fue interrumpida varias veces por los aplausos de la concurrencia” (RIP, 31 de mayo de 1882)

2)

Extractos tomados de Avila Fernandez,A. y Holgado Barroso,J. Formación del magisterio en España. La legislación normalista como instrumento de poder y control (1834-2007) , ISBN: 9788436947014. Editorial: Ministerio de Educacion y Ciencia, Madrid. 2008.

En el congreso pedagógico de 1882 … Una de las intervenciones de más lucidez es la que corresponde en la sesión quinta la profesora Dª Adela Riquelme de Trechuelo, Directora de varias Normales de Maestras y en ese momento ejerciendo en Madrid, siendo sus palabras de carga significativa que justifican los párrafos que estamos comentando; lo que defendía la profesora Riquelme es que ya bastaba de que las plazas de las Escuelas Normales de Maestras estuvieran copadas por los Maestros, que ella y sólo ellas, exceptuando al profesor de Religión, debían explicar las asignaturas en los consabidos centro, y que de esta forma no sólo se dignificaría la clase, sino que resultaría beneficiada la enseñanza, ya que la mujer que tenga aptitud

puede penetrar en los más recónditos arcanos de la ciencia, sin que ningún orden de consideraciones se oponga a esa legítima aspiración de nuestros sexo...”.

Y continúa:

que la mujer que tenga aptitudes suficientes puede y debe tener legítimas aspiraciones, por elevadas que éstas sean...”

Pone como ejemplo que las Normales de Maestras de Sevilla, Pontevedra y La Coruña son las Profesoras las que tienen a su cargo todas las clases, y no por ello ella crre que den peorres resultados que los demás establecimientos de esta clase.

Estamos contemplando unas reivindicaciones que aunque a finales de siglo se habían producido de forma contundente ya se habían iniciado, tímidamente, a mediados del mismo, y donde se ponía en tela de juicio el carácter científico de la mujer, a la par que el temor por la proliferación de la presencia femenina en el magisterio.