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Luisa Baeza

Encarcelada por Hechicera en 1748. Felix, Almería

Alegaciones inquisitoriales contra Luisa Baeza

Alegaciones fiscales del Tribunal de la Inquisición sobre el caso . Archivo Histórico Nacional

2 Referencias.

1) Luisa Baeza

Extraido de “Breve bosquejo de la hechicería almeriense en el siglo XVIII” Juan Blázquez Miguel. Boletín del Instituto de Estudios Almerienses. Letras, ISSN 0211-7541, Nº 5, 1985, págs. 51-58 http://www.dipalme.org/Servicios/Anexos/anexosiea.nsf/VAnexos/IEA-BN5-c4/$File/BN5-c4.pdf Página vista el 27/06/2016

El último caso de este estudio corresponde a Luisa Baeza, vecina de Felix, mujer con fama de auténtica bruja, al igual que su madre, de quien había heredado sus conocimientos o poderes.

Son múltiples las personas que la acusan, entre ellas su propia prima, Mathiana Baeza, la cual yendo en cierta ocasión a su casa para llevarle una calabaza la encontró junto a su hermano y cuñada preparando una pócima que olía de forma no muy agradable. Al verle entrar de improvisto, todos se asustaron y las mujeres se sentaron, muy nerviosas, sobre el caldero en que estaban preparando la bebida. Entonces salió la madre de Luisa y dirigiéndose a Mathiana le dijo que

no tuviera miedo, que ella era de su sangre y esas cosas las hacían para los extraños.

Mathiana no salió muy tranquila de la casa, y al día siguiente, a medianoche, oyó ruidos de panderillos y castañezas en su puerta, aunque no vio a nadie. Al ser de día preguntó a la madre de Luisa por el asunto y ésta le dijo que seguramente habría sido el alma de su padre (había fallecido hacía poco) que vendría a pedirle algo.

Un hombre reprendió a Luisa porque no iba a misa, lo cual la enconlerizó y sacando unos polvos de la faltriquera los esparció por el aire, tras lo cual el hombre se sintió muy mal, mal que agravó día a día, hasta el extremo de que el médico nada podía hacer. Entonces marchó a Almería, para que le viera otra famosa hechicera que allí vivía, María Muñoz. Esta, con dos arpidas de agua de mar y una bebida de aguardiente y mistela, con sus correspondientes conjuros, le hizo arrojar unos gusanos blancos, lo que le alivió sobremanera.

Al poco tiempo recayó, y esta vez fue la propia Luisa Baeza la que con el mismo tratamiento -eso al menos le pareció a él- le curó totalmente.

Un joven de Vícar pretendía a Manuela Fernández, aunque ésta no le hacía mucho caso. Para conseguir sus amores el hombre recurrió a Luisa, la cual le hizo un conjuro que tuvo en cama a la pobre Manuela varios meses sin poderse menear. Viendo la desdichada mujer que la única forma de curarse era avenirse a razones mandó llamar a Luisa para que deshiciese el hechizo. Esta le colocó

en el estómago 3 ó 4 hojas de una hierba llamada setaro (?), después le puso su mano en el mismo lugar y le ordenó que se levantase de la cama. Al momento, declara la propia Manuela, se sintió curada. Y no sólo se levantó, sino que a continuación, siguiendo las órdenes de Luisa, se puso a bailar para que se viese palpablemente su recuperación. ¡Bailando ella, que había estado meses enteros postrada en una cama sin poder mover apenas una mano ... !

Dónde acaba la sugestión o dónde empieza algún poder curativo especial es imposible de saber, pero son ejemplos ilustrativos de una mentalidad, mentalidad que aún hoy día sigue vigente en amplios estratos sociales. Siendo alcalde Francisco Baeza la expulsó del pueblo y ella juró vengarse. A los pocos días el alcalde comenzó a desvariar, hasta el extremo de que terminó huyendo de la villa y marchándose al monte, sin que nadie pudiese saber dónde paraba. Entonces apareció Luisa, y acompañada de otras mujeres fue a buscarle. Dando grandes gritos llamaba a San Antonio (9). Al poco rato apareció Francisco por entre unos estercoleros, loco, frío y sin color, con la memoria perdida, en un estado tal que daba pena verle, falleciendo a los pocos días.

Este caso acrecentó más la fama -más bien el temor- que Luisa tenía. Si a esto añadimos las invocaciones al demonio que a medianoche acostumbraba a hacer, con su cortejo de ruidos extraños y luces que se apagan y encienden, tendremos toda la parafernalia adecuada para ser el telón de fondo sobre el que se desarrollaban las actuaciones de esta mujer.

No podían faltar los ligados, que son una constante en estos casos; hombres que habían perdido su virilidad debido a conjuros hechiceriles. Así le ocurrió a Pedro de Fuentes, que, además, acusa a Luisa de haber matado a su esposa con maleficios.

Que intervenía, o al menos se creía, en muertes es un hecho cierto, ya que una tal Francisca, mujer de Tomás de Benavides, le pidió que matase a su marido, con el cual no se llevaba bien. Luisa le pidió una prenda de él y Francisca le dio un jubón, lo cual le pareció bien, pues -según dijo- con esa misma prenda se lo había hecho ya a varios hombres. Lo cierto es que al salir a la calle tuvo la desgracia de tropezar con su marido, quien al verle con su jubón y recelando del asunto le amenazó de tal manera que quien corrió peligro de muerte fue la hechicera, la cual tuvo que confesarle todo. Es de suponer, aunque no lo sabemos, el espectáculo que debió montar el buen Tomás con su mujer cuando llegó a casa con el jubón en las manos.

Otro desmirriado testigo declara que Luisa le puso una almendra en la boca y desde ese momento se sintió mal. Fue a Almería a ver a nuestra conocida María Muñoz, pero nada pudo hacer por él, y se estaba secando poco a poco. Pide justicia y venganza contra la maldita hechicera.

Ante tal cúmulo de pruebas y testigos (fueron examinadas 17 personas) es deteniday encerrada en las cárceles secretas de la Inquisición en el año 1748. Esto es cuanto sabemos de este proceso (10).

Notas:

(9) San Antonio de Padua era el Santo invocado por todas estas hechiceras para encontrar cosas o personas perdidas. Véase: J. BLAZQUEZ MIGUEL: La hechicería en la Región Murciana (procesos de la Inquisición de Murcia,

1565-1819). Yecla, 1984. op. p. 89, 105, 116, 150 y 157..

(10) Archivo Histórico Nacional. Inquisición, leg. 3.728/140.

2) Los poderes de Luisa Baeza, la hechicera de Felix

04/04/2016, 07:00

Alberto Cerezuela

Tomado de página http://www.lavozdealmeria.es/Noticias/103679/68/Los-poderes-de-Luisa-Baeza,-la-hechicera-de-Felix vista el 27/06/2016. Completado con algunos párrafos de la versión impresa pág.16 La Voz de Almería 4.4.2016

Vivió en el siglo XVIII y fue acusada de causar la muerte de varias personas del pueblo.

Me consta que la historia que publiqué en estas páginas la semana pasada, que tenía que ver con Bernardo, ‘el animero’ de Laujar que engañó a toda esa población a mediados del s. XVIII para enriquecerse y conseguir favores amorosos de las vecinas del lugar, ha gustado mucho en la comarca del Poniente. Es por eso que me he animado a seguir rescatando documentos de la Inquisición granadina o historias recogidas en libros antiguos para dar a conocer a otro tipo de personas de esa índole que actuaron en nuestra tierra.

Brujas
Nuestra provincia ha sido cuna de mujeres que tenían ‘profesiones’ que consistían en sanar, hacer hechizos para multitud de cometidos o, incluso, provocar la muerte. A nuestra mente nos viene la palabra ‘bruja’ pero no habría término que las definiese correctamente ya que sus supuestas facultades sobrepasaban todos los límites.
Lo cierto es que en nuestra comarca no hay demasiados casos destacables, aunque recientemente sí que han existido algunas mujeres a quienes se les atribuían determinados ‘dones’, como por ejemplo Ana Mayor en Santa María del Águila. Ella, además de curar ciertas dolencias sin ni siquiera tocar al enfermo, podía marchitar plantas solo con la mirada.

Luisa Baeza
La familia de esta mujer estaba marcada por lo sobrenatural. Su madre y su abuela eran hechiceras, y ella no quiso faltar a la tradición. Luisa preparaba malolientes brebajes y extrañas pócimas que ofrecía a sus vecinos, siendo víctimas de esta mujer quienes osaban no comprarle sus potingues, como le ocurrió a una señora que durante varias noches escuchó el sonido de panderetas a la puerta de su casa, pero cuando salía a ver quién era no encontraba rastro de persona alguna. Esto cesó cuando la propia Luisa hizo un conjuro para limpiar el lugar.
También era famosa por sus hechizos de amor, como el que le hizo a la joven Manuela Fernández para que aceptase a uno de sus pretendientes, embrujo que la mantuvo durante casi seis meses sin poder moverse de su cama hasta que accedió a entablar una relación con este muchacho de Vícar.
Pero lo más siniestro que se le recuerda fue la muerte del alcalde del pueblo, Francisco Baeza, que la expulsó del lugar sin paliativos, debido a sus amorales prácticas, siendo víctima de las represalias de Luisa. Como venganza, ella decidió invocar al demonio a medianoche para que atacase a Francisco. El hombre apareció en pleno monte con la mirada y la memoria perdidas, tiritando de frío hasta fallecer por congelación.

Acusada
Diecisiete fueron las personas que denunciaron a Luisa Baeza por los daños que estaba causando con sus poderes, siendo encarcelada por la Inquisición en 1748, según recoge un documento del Archivo Histórico Nacional (Inquisición, leg. 3728/140).
Entre otros, desfilaron por allí vecinos que afirmaron ser objeto de los hechizos de Luisa, sobre todo a raíz de alguna discusión con la curandera. Alegaban que esta mujer era muy vengativa y que para perpetrar sus represalias se perdía durante varios días en unos montes cercanos a Felix, lugar donde ‘cocinaba’ sus pócimas mágicas.

Testimonios a favor, Varias personas defendieron a Luisa.

No piensen ustedes que el proceso inquisitorial llevado a cabo contra Luisa Baeza fue fácil. Esta mujer consiguió que quince personas testificasen a su favor ante el tribunal que se reunió para tomar veredicto.

Una mujer de Felix aseguró haber estado durante más de un año postrada en su cama sin poder moverse, pero gracias a Luisa Baeza pudo levantarse e incluso bailar ante los despavoridos ojos de sus familiares, que también se presentaron allí como testigos del prodigio.

Ella se prestó a hacerlo también ante el tribunal, y a probar con otros testimonios que en todo momento decía la verdad. Ver para creer.

Lectura Obligada

El trabajo de Juan Blázquez Madrid. Si alguien está interesado en estos temas, además de sumergirse en los archivos de la Inquisición de Granada, es lectura obligada el trabajo de Juan Blázquez Madrid, titulado “Breve bosquejo de la hechicería almeriense en el siglo XVIII”.



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