Villanueva del Arzobispo (Jaén). 1886- Granada 1967. Activa culturalmente en la Granada de sus grandes amigos Falla y Lorca.
Emilia Llanos Medina. Por Rafael del Pino.
Emilia Llanos Medina. una mujer en la Granada de Federico García Lorca . Reseña del libro de Lola Manjón
Tomado de http://camposdedolor.blogspot.com/2017/08/emilia-llanos-medina.html página vista 06-07-2018
miércoles, 16 de agosto de 2017, Autor: RAFAEL DEL PINO. Granada.
Emilia Llanos Medina, aquella mujer capaz de mirar “los chopos encendidos y las lejanías desmayadas” del paisaje granadino, en expresión de Federico García Lorca; la amiga a la que Manuel de Falla hubo de exclamar en momentos de amargura: “Llore, llore, debe llorar”, formó parte de una Granada de la que apenas si nos llegan hoy reflejos directos.
Nacida en 1886 (sic), Emilia Llanos, mujer culta e independiente a la vez que figura de la burguesía acomodada de Granada, falleció en esta ciudad en 1967.
Fue Agustín Penón, hijo de exiliados españoles, quien al hilo de su viaje a Granada en 1955 y de su decisión de investigar acerca de la figura y la muerte de García Lorca logró ganar la confianza de Emilia Llanos, acompañándola en largas veladas y recogiendo sus recuerdos acerca de los tiempos no tan lejanos compartidos con García Lorca, Manuel de Falla y otros amigos.
Aunque Penón no llegó a hacer públicos los frutos de su investigación, ésta finalmente se conoció gracias a un primer trabajo de recopilación a cargo de Ian Gibson (‘Agustín Penón. Diario de una búsqueda lorquiana, 1955-56’, Barcelona, Plaza & Janés, 1990) y a la posterior y exhaustiva edición de Marta Osorio (‘Miedo, olvido y fantasía. Agustín Penón, crónica de su investigación sobre Federico García Lorca’, Granada, Comares, 2001).
Las muchas horas compartidas por Penón y Llanos siempre giraron en torno a Lorca. Granada fue también protagonista en aquellas conversaciones y Falla resultó una referencia frecuente.
“Por fin conozco hoy, 21 de junio de 1955, a Emilia Llanos”, anotó Agustín Penón tras la primera visita a la casa de aquélla en Plaza Nueva: “Emilia nos habla de la amistad entre Federico y Falla, y nos asegura que Federico sentía por don Manuel una especie de santo terror. […]. Durante casi un año Federico se ausentó del carmen de don Manuel, aunque admiraba muchísimo al maestro”.
Contó Emilia la ocasión en que Falla reclamó su presencia en el carmen de la Antequeruela y, una vez allí, el músico le transmitió su preocupación por la influencia que sobre Lorca podían tener algunas compañías que el poeta parecía frecuentar, demandando de ella una intervención al respecto ante Lorca. “Hubo luego una larga discusión entre ellos; pero Emilia siguió negándose a hablar con Federico de aquel asunto”, según recogió Penón y leemos en la edición de Ian Gibson mencionada.
Asidua de las tertulias dominicales en casa de Falla, a la que entró por primera vez acompañando a García Lorca, Emilia Llanos supo despejar el camino por l que transitaban la amistad y el afecto mutuos entre el músico y el poeta, como en la ocasión anotada por Penón: “Emilia vio por casualidad a Federico en la calle y le dijo: ‘Ahora mismo tomas el tranvía y te vas a casa de Falla, que te quiere tanto. Es injusto que tú, el mejor poeta de España, estés descuidando así al mejor compositor de España’. Federico obedeció.
Poco tiempo después Falla le dijo a Emilia que estaba encantado: Federico había ido a visitarlo y estuvieron hablando horas y horas. Emilia fingió sorpresa ante la grata noticia”.
Hubo, sobre todo en los años 20, muchos momentos de alegría compartida en Granada: “Nos invitaron a la actuación de la Niña de los Peines en la Plaza de Toros vieja. Fuimos con el maestro Falla. Algo inolvidable. Federico estuvo loco de entusiasmo. Los dos fueron a saludarla”, según el apunte escrito por la propia Emilia para Agustín Penón. O este otro, con motivo de las jornadas previas al Concurso de Cante Jondo de 1922: “Granada estaba llena de artistas, pintores, poetas, músicos, escritores, en fin no vivía más que para los preparativos.
Nos veíamos casi a diario en casa de Falla, en el teatrito del Hotel alace, por la noche en el museo
donde seguían los ensayos; en fin, una temporada deliciosa”.
El ambiente en Granada cambiaría, y mucho, apenas una década después. Emilia habría de fijar sus criterios y sentimientos más personales ante la convulsa sociedad que enarbolaba sus diferencias.
Así por ejemplo, ante lo que no pocos católicos vieron como una persecución alentada por sectores republicanos, Emilia rellenó a mano y firmó en Granada el 5 de abril de 1932 un pequeño documento mediante el cual disponía “de manera expresa que cuando muera mi enterramiento tenga carácter religioso con arreglo a las normas de la Santa Iglesia Católica, a la cual pertenezco”. Firmó también este documento, como testigo, Manuel de Falla.
Este es el título del libro de Lola Manjón, publicado por Editorial Comares, Granada,2018
Tomado de https://www.marcialpons.es/libros/emilia-llanos-medina/9788490455906/ página vista el 06/07/2018
¿Quién era Emilia Llanos Medina, la
gran amiga granadina de Federico García Lorca?
Más allá de
tópicos que la encasillan en su papel ornamental o en el de
solterona enamorada imposiblemente de Federico, el presente libro se
acerca a la persona que fue Emilia Llanos y la sitúa en su contexto:
un momento extraordinario en el que en Granada se encontraron
artistas e intelectuales que marcaron el siglo XX. Ella también
formó parte de ese mundo, como revelan sus actos y sus cartas y las
enviadas a ella por Ismael González de la Serna, Federico García
Lorca, Manuel de Falla o José Mora Guarnido. Los documentos que se
reúnen en este libro muestran a una mujer lectora, viajera,
inquieta, buena conversadora y mejor amiga, conocedora y amante de
las artes, entendida en antigüedades, una mujer que en ciertos
aspectos se opuso a lo que se esperaba de ella. Pero el tiempo en el
que le tocó vivir fue terriblemente hostil con las mujeres, sobre
todo con las que vivían en provincias, y Emilia Llanos no pudo salir
por completo de los límites sociales marcados para la mujer; el
silencio, la soledad, las contradicciones, se fueron juntando en su
piso de Plaza Nueva 1, Granada. A pesar de participar activamente en
la primera investigación seria, la de Agustín Penón, sobre el
asesinato de Federico García Lorca, no pudo alejar las sombras de la
pena y de la culpa por la muerte del poeta.
Tomado de página https://es.wikipedia.org/wiki/Emilia_Llanos_Medina vista el 06-07-2018
Emilia Llanos Medina (Villanueva del Arzobispo, 13 de enero de 18851-Granada, 29 de agosto de 1967) fue amiga de Federico García Lorca y de otros artistas que vivieron en Granada entre 1920 y 1936, como el pintor Ismael González de la Serna o el músico Manuel de Falla. Fue una mujer intelectualmente inquieta, aficionada a la lectura y las antigüedades. Estuvo ligada a la tertulia del Rinconcillo del Café Alameda en Granada.
Su padre, Arturo Llanos Baeza, natural de Granada, era capitán de la Guardia Civil en esa plaza; su madre, Angeles Medina Huete, también natural y vecina de Granada, fue a visitar a su marido a Villanueva y aquí le sorprendió el parto de su hija. La estancia de la familia en la ciudad jiennense duró poco, pues el capitán Arturo Llanos fue expedientado, “por su reincidencia en el vicio de contraer deudas injustificadas ".2
La familia volvió a Granada; el hermano mayor, Manuel Llanos Medina, ingresó en la Academia Militar en 1888 y en 1895 fue enviado a luchar a Cuba. El padre de Emilia, Arturo Llanos, murió el 19 de septiembre de 1899 en el Hospital Militar de Castilla la Nueva. De esta manera a principios del siglo XX la madre, viuda, y las dos hijas, Emilia y Concha, tuvieron que establecerse, junto con la hermana de la madre, Concepción Medina Huete, en casas alquiladas dentro del recinto de la Alhambra, primero junto a la Puerta del Vino y después en la calle Real de la Alhambra 22.
Poco se sabe de la juventud de Emilia Llanos Medina. Una salud delicada la llevó a la lectura, y su residencia entre la Alhambra y el Generalife la acercó al ambiente artístico que rodeaba a los monumentos nazarís. Antes de 1936 estableció relaciones profundas y duraderas con varios artistas destacados: con el pintor Ismael González de la Serna, con el poeta Federico García Lorca, con el compositor Manuel de Falla y con el fotógrafo barcelonés Adolf Mas. También conoció a Ángel Barrios, Óscar Esplá, Andrés Segovia y a Juan Ramón Jiménez, entre otros intelectuales. El pintor Manuel Ángeles Ortiz la consideraba una de las musas de la tertulia granadina del Rinconcillo, junto a Emilia Aragón y Emilia Dávila.3 Fue una figura imprescindible del rico ambiente artístico granadino en la Edad de Plata.
Hacia 1915 entabló amistad con el pintor Ismael González de la Serna, asiduo visitante del Generalife. La correspondencia entre Emilia Llanos e Ismael G. de la Serna se inicia en 1917, año en que Ismael marcha a Madrid, y continúa a partir de 1921 desde París, donde triunfaría como pintor vanguardista, prolongándose hasta 1933, fecha de la vuelta del pintor a Granada para exponer en el Centro Artístico. Fue Ismael G. de la Serna quien presentó a Emilia Llanos en el año 1918 al entonces joven poeta Federico García Lorca, quien acababa de publicar su primer libro, Impresiones y paisajes, con portada de Ismael. A través de las numerosas cartas conservadas, todas del pintor a Emilia Llanos, se entrevé una amistad profunda y duradera; Ismael le confía sus preocupaciones, tanto artísticas como sentimentales, y anima continuamente a Emilia Llanos a dejar Granada y reunirse con él en Madrid o París.
A finales del mes de agosto de 1918 Ismael G. de la Serna llegó a casa de Emilia Llanos con un joven escritor que quería conocer a una mujer que leía a Maeterlinck; era Federico García Lorca, quien volvería solo a casa de ella al día siguiente para regalarle, dedicado, un ejemplar de su primera obra, Impresiones y paisajes.4 Emilia quedaría impresionada, según afirmaciones posteriores,5 por el poeta granadino, por quien sintió un gran afecto y con el que mantuvo una estrecha amistad hasta 1936. Se conservan numerosas cartas entre Emilia Llanos y Federico García Lorca;6 una de ellas, la enviada por el poeta desde Madrid el 28 de noviembre de 1920, fue interpretada por Emilia como una declaración amorosa a la que ella no contestó debidamente. Después, y hasta 1936, Federico y Emilia se siguieron encontrando en el piso de ella en Plaza Nueva 1 o en las numerosas tertulias a las que ambos acudían o en la Huerta de San Vicente, pues Emilia Llanos era buena amiga de toda la familia García Lorca.7 Federico le dedicó libros y dibujos, le presentó a sus amigos, entre ellos a Juan Ramón Jiménez. Cuando los sucesos de agosto de 1936 hicieron necesario ocultar a Federico, se pensó en la casa de Emilia Llanos, aunque finalmente se elegiría la de Luis Rosales. Tras la detención del poeta, la familia pidió a Emilia Llanos que subiera al Carmen de Manuel de Falla para que este intercediera por él, pero no lo hizo porque algunos amigos falangistas le aseguraron que Federico ya estaba muerto. No poder ayudarlo provocó en Emilia Llanos un sentimiento de culpabilidad que la acompañaría hasta el final de sus días. Cuando en 1955 llegó a Granada el norteamericano Agustín Penón para investigar la muerte de Federico García Lorca, Emilia Llanos le ayudó a conocer mejor al escritor y lo acompañó a Víznar y Alfacar en busca del lugar donde fusilaron a García Lorca.8 Emilia Llanos murió el 29 de agosto de 1967 tras unos años de enajenación en los que llamaba continuamente a Federico.9
Emilia Llanos conoció a Manuel de Falla y a su hermana María del Carmen gracias a Federico García Lorca, quien la introdujo en la tertulia del Carmen de la Antequeruela.10 Emilia participó activamente en los actos previos al Concurso de Cante Jondo (1922), como en las tertulias de la taberna de don Antonio Barrios, el Polinario,11 o en los conciertos de Andrés Segovia en el hotel Alhambra Palace. Durante el Concurso lució las galas recomendadas a las mujeres y con ellas aparece en numerosas fotografías. La amistad con el compositor y con su hermana se consolida en años posteriores, de los que data la correspondencia entre Emilia Llanos y Manuel y Carmen de Falla.12 Cuando Manuel de Falla y su familia deciden marchar a Argentina en septiembre de 1939, Emilia Llanos acude a despedirlos en el jardín del Carmen; no volvería a escribirse con el músico, pero sí con su hermana María del Carmen, con quien tendría un emotivo reencuentro en septiembre de 1966, cuando por última vez, ambas próximas a la muerte, se reunieron para merendar en torno al busto de Manuel de Falla que preside el jardín del Carmen de la Antequeruela.13
Emilia Llanos Medina viajó a Barcelona en 1923 acompañada de su amiga Emilia Aragón Pineda. Entre otros intelectuales catalanes conoció al reputado fotógrafo Adolf Mas Ginestà, creador del Arxiu Mas de Barcelona.14 La amistad entre Adolf Mas y Emilia Llanos se inició en 1923 y continuó hasta la muerte del primero en 1936; se plasmó en cartas y en las visitas que el hijo de Adolf Mas, Pelai Mas Castañeda (1891-1954) hizo a Granada en 1924 y en 1926. Durante la primera, Pelai Mas realizó un reportaje fotográfico en la Alhambra a Emilia Llanos ataviada con el traje que lució en el Concurso de Cante Jondo; algunas fotos de este reportaje fueron regaladas por Emilia Llanos a Federico García Lorca y a Manuel de Falla, entre otros, y una de ellas sirvió de modelo a un anuncio de Aspirina de finales de los años 20.
El norteamericano Agustín Penón llegó a Granada en 1955 con la intención de investigar la muerte de Federico García Lorca y escribir un libro sobre él; para ello debía contar con la ayuda de la mejor amiga de Federico, Emilia Llanos, en cuya casa se presentó el 21 de junio de 1955. Ella le enseña los libros, fotografías y cartas dedicados por el poeta; es el inicio de una intensa amistad que tiene como punto de unión a Federico. Emilia le confiesa a Agustín Penón que estaba enamorada del autor de Impresiones y paisajes desde que lo conoció en 1918 y que la llegada del norteamericano ha sido una llama que ha revivido su amor. Los escritos y cartas de Agustín Penón, recogidos finalmente por Marta Osorio (2009 y 2015) son una fuente imprescindible para conocer los pensamientos y sentimientos de Emilia Llanos en relación con Federico y su mundo. Cuando Penón regresó a EEUU (1956) siguió en contacto con Emilia Llanos, quien le confesó en una carta que "el que estaba allí no está. Hace mucho tiempo se supone está en Madrid con la familia", en referencia al cuerpo de Federico, cuya búsqueda en Víznar era inútil porque ella sabía "de buena fuente" que fue desenterrado por la familia antes de su exilio. Las últimas investigaciones (2017) sobre el terreno muestran que Emilia tenía razón, que el cadáver de Federico García Lorca fue pronto exhumado.
Acta de nacimiento en el Registro Civil de Villanueva del Arzobispo (Jaén), libro 30 de nacimientos, folio 229.
Datos extraídos del Archivo General Militar de Segovia, legajos LL-74 y 88.
Rodrigo, Antonina (2010): Federico García Lorca y Manuel Ángeles Ortiz. Memorias de Granada, Alcalá la Real, ed. Zumaque
Este ejemplar dedicado se conserva actualmente en el Museo Casa de los Tiros (Granada).
Los recuerdos de Emilia Llanos fueron recogidos por Agustín Penón y posteriormente publicados por Ian Gibson (1990) y por Marta Osorio (2009 y 2015).
En la Fundación García Lorca, Madrid-Granada.
Véase García Lorca, Isabel (2002): Recuerdos míos, Barcelona, Tusquets.
Los detalles y los avatares de la amistad entre Penón y Emilia Llanos están recogidos en los libros de Marta Osorio (2009 y 2015)
Testimonio de su criada, Dolores Cebrián, recogido por Eulalia-Dolores de la Higuera (1980: 77 y ss.)
Osorio, Marta (2009): Miedo, olvido y fantasía, p. 514.
Molina Fafardo, Eduardo (1990): Manuel de Falla y el "Cante Jondo",Granada, p. 122
La correspondencia entre Emilia Llanos y los Falla se conserva en la Fundación Manuel de Falla (Granada):
Kastiyo, José Luis (2015): "Cincuenta años de la casa museo Manuel de Falla de Granada", Ideal, 17 de julio de 2015.
Actualmente en la Casa Amatller del Paseo de Gracia de la Ciudad Condal (Institut Amatller d'Art Hispànic).
García Lorca, Isabel: Recuerdos míos, 2002, Tusquets.
Gibson, Ian: Federico García Lorca, 2011, Crítica.
Higuera, Eulalia-Dolores de la: Mujeres en la vida de García Lorca, 1980, Diputación de Granada.
Manjón-Cabeza Cruz, Dolores: "Emilia Llanos Medina, una villanovense excepcional", 2016, La Moraleja, pp. 40-41.
Manjón, Lola: Emilia Llanos Medina, una mujer en la Granada de Federico García Lorca, 2017, Comares.
Molina Fajardo, Eduardo: Manuel de Falla y el "Cante Jondo", 1980, Universidad de Granada.
Osorio, Marta: Miedo, olvido y fantasía. Crónica de la investigación de Agustín Penón sobre Federico García Lorca, 2009, Comares.
Osorio, Marta: El enigma de una muerte. Crónica comentada de la correspondencia entre Agustín Penón y Emilia Llanos, 2015, Comares.
Rodrigo, Antonina: Federico García
Lorca y Manuel Ángeles Ortiz. Memorias de Granada, 2010, Zumaque.