Cádiz 1869
Extractos tomados de M. Gloria Espigado Tocino Mujeres "radicales"utópicas, republicanas e internacionalistas en España (1848-1874). Ayer, ISSN 1134-2277, Nº 60, 2005 , págs.15-43 http://www.juntadeandalucia.es/educacion/vscripts/wginer/w/rec/3253.pdf Página vista el 9 de julio de 2013
En el sexenio revolucionario (1868-74)... como primicia en nuestro país, pronto salieron a la luz los primeros ejemplos de mujeres republicanas organizadas en clubes femeninos
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El ejemplo madrileño cundió de forma inmediata entre las gaditanas y en el mes de agosto se formaba el club republicano de mujeres de la localidad adoptando el evocador nombre de la granadina Mariana Pineda.
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En una trayectoria semejante transcurrió la vida de la tinerfeña Guillermina Rojas durante el Sexenio. Formaba parte de una familia de trabajadores, su padre era zapatero y su madre costurera, emigrantes afincados a mediados de siglo en la ciudad de Cádiz... Es el momento en el que, con otras compañeras, funda el club republicano de Mariana Pineda, del que se convierte en su presidenta, como hemos visto. Deja entonces la escuela pública y dedica toda su atención a la conducción de la primera escuela de adultas que conoce Cádiz. Sin embargo, pronto los límites
de la ciudad se le hacen estrechos y da el consabido salto a la capital.
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Guillermina Rojas se habrá convertido en una de las primeras y destacadas dirigentes del internacionalismo, junto a otras mujeres que experimentarán el mismo viraje político desde las filas republicanas. Es el caso de su club de origen Mariana Pineda, cuya entrada en la FRE es celebrada por el órgano internacionalista madrileño La Emancipación. Lo más interesante de todo esto, y lo que termina por cerrar el vínculo ideológico de todas estas mujeres, es que este paso desde las filas republicanas a las internacionalistas se haría, en este caso, de la mano de la fourierista Margarita Pérez de Celis, que en esas fechas, y en ausencia de Guillermina, sería la presidenta del club femenino mencionado.
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Destacada fue su implicación y la del club Mariana Pineda, que posiblemente seguía dirigiendo, en
la manifestación en defensa de la decisión de la corporación municipal republicana, presidida por el alcalde Fermín Salvochea, famoso por sus medidas anticlericales, de desalojar a las monjas del convento de la Candelaria de la localidad para proceder al derribo de ese edificio.