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Marmolejeñas, las primeras españolas en votar

Alfonsa Rodríguez Robles Clara Martínez Garrido

Alfonsa Rodríguez Robles y Clara Martínez Garrido, marmolejeñas que seguramente participaron en la histórica votación

El 26 de Marzo del 33 por primera vez participan las mujeres espñaolas en unas elecciones. Las qu se celebraron, para Juez de Paz en Marmolejos /Jaen) y Santa Amalia (Badajoz)

Tomado del artículo publicado en el sitio “el lugar de Marmolejo” http://lugardemarmolejo.wix.com/marmolejo#!eleccionesvotofemenino/c1kpo .Visto el 26 de diciembre de 2015

Marmolejo en la prensa histórica: El voto femenino en las Elecciones a Juez Municipal de Marzo de 1933

-Manuel Perales Solís-

Las mujeres marmolejeñas fueron pioneras en concurrir a unas elecciones durante la 2ª República. En este caso el ensayo se realizó aprovechando las elecciones para juez municipal de paz celebradas el 26 de marzo de 1933. Los primeros pueblos en votar fueron Marmolejo en la provincia de Jaén y Santa Amalia en la de Badajoz. Hemos de puntualizar que el derecho al voto de la mujer fue recogido en la Constitución Republicana de 1931, y se puso en práctica con carácter general en toda España, en los comicios al Parlamento Nacional del 19 de noviembre de 1933. Pero, unos meses antes, las mujeres mayores de 25 años pudieron votar para elegir al juez de paz, una cuestión nada baladí  que suponía un paso inédito en la democratización del primer nivel de la justicia,  hasta ese momento,  bajo el control de  las oligarquías agrarias locales. La persona elegida fue el candidato socialista Juan Madera Campos (1), veterano dirigente  de la época de Gaspar Casas, con zapatería en la calle Maestro..

Este hecho inédito ocurrido en Marmolejo en la etapa de gobierno socialista republicano, tuvo su eco en la prensa nacional durante los días sucesivos a las elecciones, hasta el punto de que diversos diarios recogieron la noticia con especial énfasis y alegría, aunque otros la analizaron desde una posición totalmente crítica con las tesis obreristas.

Fue “El socialista”, órgano de expresión del PSOE, quien más trascendencia le dió a la jornada vivida en Marmolejo el domingo 26 de marzo de 1933, a través de su crónica titulada “Una profecía de Maura: El voto femenino en Marmolejo”.

El domingo último el señor Maura tomaba parte en un acto público y  aprovechó la ocasión para pronosticar una formidable revancha derechista en las próximas elecciones que vendría empujado por un vendaval arrollador: el voto de la mujer. Hasta que se encuentre el nuevo estilo oratorio que es preciso manejar para atraerse los votos femeninos todo son vacilaciones y ensayos. El señor Maura tiene también su estilo, que lo ha puesto en práctica en Jaén. Contra lo que pueda sospecharse, el señor Maura no incurrió en el lirismo ni en la galantería. Fue más rotundo al aludir a la incorporación de la mujer en la vida política. He aquí la expresión que, según nos dicen, utilizó el jefe conservador: “En las próximas elecciones las mujeres se lanzarán, como machos, a votar a las derechas”.

Hay que enardecer. Junto a las mujeres siempre se adopta la postura de enardecerlas. Mucho más ahora, que es preciso infundirles el vigor necesario para que se lancen, como machos, sobre las urnas en grandes bandadas clericales, con el pregón del escapulario sobre el pecho. El señor Maura toca este resorte que puede encender una pujanza insospechada a las mujeres y puede fortalecerlas en su designio de apoyar a la reacción. Pero el señor Maura hablaba en Jaén, y su voz, con la brutal invocación, no llegó hasta Marmolejo, a pesar de la cercanía, ya que Marmolejo pertenece a la provincia de Jaén.

Al menos no llegó a tiempo. Es una desgracia, porque precisamente había eleciones en Marmolejo el mismo día en que el señor Maura pronunciaba su discurso de excitación femenina, dirigido allí en donde la excitación puede se mejor motor.

!Como machos!. Elecciones para elegir juez municipal y elecciones, las primeras, en las que intervenía la mujer. Dejemos que hablen las mujeres: Número de votantes, 1410. De ellos 545 votos femeninos. El candidato socialista obtuvo 1381. Las derechas, 29.

A no haberse producido la circunstancia del discurso del señor Maura en el mismo lugar y en el mismo día en que se registraba nuestro triunfo, no lo hubiéramos orlado con este comentario. No nos gusta tocar a rebato, y mucho menos en este aspecto del voto femenino, en el que tenemos un optimismo excepcional. Pero importa decir que ya ha votado la mujer, que ha votado a los candidatos socialistas y que ha votado como mujer, no como macho. Como mujer nos interesaba su voto, y en Marmolejo ha surgido, para nosotros, en proporciones que colman la más audaz ambición. Veintinueve votos de las derechas, machos de un sexo y machos del sexo contrario, venían a responder al conjuro que el señor Maura les estaba haciendo en aquellos mismos instantes desde la plaza de toros de Jaén, en el que se dibujaba un augurio tan desgraciado para la plataforma en la que se lanzó. En otros lugares podrá ser certero. No lo dudemos. En otros lugares donde están tan bien adiestrados los rebaños clericales, es posible que salgan disparados, no importa el sexo, con la dinámica furiosa que la Iglesia ponga en el asedio de las urnas. Mezquino botín para quien lo logre.

Nosotros queremos el voto de la mujer, como mujer, sobre todo. Lo queremos tal y como se han manifestado en Marmolejo. Nos viene ahora a la memoria que es en Marmolejo donde se hizo la pintura y donde quedó centrada la iniciación de una figura que ha querido ser símbolo de la mujer española: Gloria, la protagonista de “La hermana San Sulpicio”. De este tipo de mujer cursi es del que esperaba Maura que se lanzara a votar “como machos”. Poco éxito ha tenido la Gloria que forjara Palacio Valdés, ni en la misma cuna de su novela, en la que todavía aparece una monja. Con este tipo femenino está especulando en sus sueños la ilusión de las derechas. Tiene gracia que la primera batalla la pierdan allí donde surgió. Y es también de una cruel ironía que sea en la misma fecha en la que el señor Maura trazaba el augurio que tan duro contraste ha tenido en la realidad. En el fondo de esta esperanza, como en la aspereza despectiva de las palabras que el señor Maura empleó, hay la misma estúpida jactancia varonil que alardea de su superioridad. Si el voto femenino, sea cualquiera la doctrina en la que se polarice, sirve para que acabe la subordinación humillante de la mujer, ya ha tenido toda la eficacia que nosotros le hemos deseado. Marmolejo, primer pueblo que apunta al voto femenino, nos ratifica en nuestra opinión”.

La respuesta en el diario de centro-derecha republicano “La Voz” de Córdoba, no se hizo esperar, a través de la pluma de su corresponsal en Marmolejo José Gutiérrez Alcalá (2),  joven marmolejeño que por estos años militaba en el Partido Republicano Radical de Alejandro Lerroux aunque meses más tarde se afiliaría a Unión Republicana, de Diego Martínez Barrio (su amigo personal) formación de centro-izquierda que aglutinó el voto de un sector de clases medias y trabajadoras. Su artículo titulado “Siguen las pompas de Jabón...Para el Socialista” en respuesta a la crónica de “El Socialista”, fue publicado en el número 4248 de “La Voz”, del día 6 de abril:

Acabo de leer en “El Socialista”, un artículo que dedica al pueblo de Marmolejo; a mi querido pueblo. Y habla de él, sobre las elecciones que, para juez municipal, se celebraron en esta localidad, el domingo 26 de marzo.....

Yo creí, al coger el periódico que me dió un amigo y leer el título del artículo que me “recomendaba”, que, al hablar del voto femenino en Marmolejo, lo haría en el mismo sentido, que uno de sus diputados camaradas, lo hizo en ésta, la misma noche que la votación. Esto es, en un tono histórico, para significar que, en Marmolejo, había sido en donde la mujer, por vez primera, hacía uso en España del derecho otorgado por la República....Pero no fue así. Quedé perplejo. Nada más lejos del tono histórico, por su enorme discrepancia con la realidad, aunque -estoy por asegurarlo- haya sido escrito para “la historia particular” del partido socialista español. Hasta aquí perfectamente. Estamos en perfecto acuerdo con que la “historia” que escriban para ellos, la escriban como les plazca, a su modo, ya que admitimos aquello de que “cada cual tiene derecho de entenderse y bailar solo”....Pero, sobre todo, lo que hay que evitar, es que, en esta ejecución de cosas, ni se moleste, ni se aluda, tan siquera, al vecino, ni mucho menos tampoco que se caiga tan escandalosamente en la errónea interpretación y enjuiciamiento de los hechos, como acontece en lo que nos ocupa.

Para el autor de este artículo de “El Socialista”, las elecciones del domingo 26 en mi pueblo, son todo un “poema de optimismo” ante el voto femenino. No hay quien se imponga. Hasta las mujeres, se encuentran sugestionadas por las magnificiencias socialistas. Ellas, las mujeres, ante el imán de este género político, perdieron sus cualidades “conquistadoras”, para caer, rendidas y apasionadas, en los brazos galantes y dulces del socialismo español. Es decir que lo que a ellos les faltaba acaparar, la vanidad y la fuerza secuestradora que reside en la belleza femenina, ya lo poseen: lo justifican al referirse a la protagonista de “La Hermana San Sulpicio”, Gloria, de Palacio Valdés, de la cual dicen que habiendo nacido, envuelta en esos mantos de misticismo y religiosidad, vigorizados por la pluma ilustre de don Armando esa mujer, en nuestro pueblo, pretendiendo ser la intérprete de la espiritualidad exquisita de nuestra mujer, hoy se ve, como ésta se despoja de esa condición, para seguir a los socialistas.

Pero no es eso. El informador ha debido pensar y el periódico no adelantarse al fracaso. Marmolejo es un pueblo que tiene 9000 o 10000 habitantes. Su censo electoral alcanza a unos cuatro mil y pico de ciudadanos. Y de estos, el domingo de las elecciones para juez municipal, votaron solamente unos mil y pico, y votaron los que precisamente tenían que votar a su favor. En aquel día no salió ni un solo afiliado a la Casa del Pueblo, a su trabajo...Llovía, además, lo suficiente para que esto quedase justificado. ¿Las mujeres que votaron? Las mujeres de los mismos afiliados al Centro Obrero. Éstas, única y exclusivamente. Las demás, que hacen una cantidad triplicada sobre estas otras, como el resto hasta 4000, se abstuvieron de votar. ¿Qué triunfo es ese que “pretenden”, en un pueblo de 4000 electores y que no acuden a las urnas más que 1000?. Acaso es que ese resto de 3000 personas no son las que, todas y cada una de ellas, contiene en sus adentros la más indignada protesta contra los socialistas?. ¿Acaso es que no significa nada, en el argot electoral, esta unánime abstención de la mayor parte del cuerpo electoral de un pueblo? !Hay ingenuidades que se indigestan y “pompas de jabón” que intoxican!. En todo momento, antes de aventurarse a cualquier cosa, hay que hallar la realidad, hay y debemos, buscar las entrañas de lo que tratamos, para servir fielmente a la verdad...”

También se hizo eco el diario “La Libertad” (3) de Madrid el día 9 de abril destacando que “la mujer proletaria comparte demasiado los afanes y las fatigas de su compañero: siente con demasiada fuerza sus mismas rebeldías contra las mismas injusticias para que el voto de la trabajadora signifique otra cosa que la suma de su opinión a la del trabajador. Y en los dos lugares donde ya han votado nuestras mujeres, en las elecciones de juez municipal de Marmolejo (Jaén) y Santa Amalia (Badajoz), el voto femenino no solo no ha constituido el triunfo derechista que algunos puerilmente esperaban, sino un triunfo socialista rotundo y aplastante”

Finalmente el día 31 de mayo, el diario “El Sur” de Córdoba (4), periódico dirigido y fundado por el periodista y político Fernando Vázquez Ocaña, se hacía eco a través de la crónica de A. Morales Jiménez de la jornada vivida en Marmolejo en homenaje a las mujeres socialistas por su actuación en las votaciones a Juez Municipal:

El acto de Marmolejo, organizado en honor de la mujer socialista de aquel pueblo, ha constituido un espectáculo magnífico. Millares y millares de mujeres, despojadas de su ancestral cretinismo, han recibido las ofrendas cariñosas de unos oradores del partido. Bien merecido se tenían este homenaje. Mujeres que dejaron a un lado la influencia perniciosa del crucifijo y del confesionario y se pronunciaron por el socialismo en las urnas, mujeres que rompiendo una tradición arcaíca, se hicieron socialistas; mujeres que, escupiendo al rostro del padre López su interesada influencia dañina, se abrazaron con abnegación a la bandera roja del socialismo. Mujeres libres. Mujeres admirables. Mujeres, más mujeres, que esas que todo lo dan por bien empleado siempre que redunde en beneficio de la clerigalla...

Y ahí está como paga la clerigalla ese desinterés de la mujer española. No podemos olvidar por mucho que vivamos, el caso de Plasencia. Es todo un síntoma. Y el caso de Marmolejo, otro síntoma. Cada uno bien distinto. El último con una grandeza inconmensurable. El primero de una pequeñez extraordinaria.

El primero pone de manifiesto lo que puede esperar la mujer de los vampiros de la iglesia. A lo sumo que les deshonren a sus hijas, escupiendo sobre sus almas la tizne venenosa del oprobio. Lo segundo !ah lo segundo! habla de redenciones, de panoramas de amplitud extraordinaria, de un futuro esplendoroso para todos.

El partido socialista tenía contraído con la mujer de Marmolejo un deber inexcusable de agradecimiento.

Cuando a raiz de las últimas elecciones parciales las derechas pretendieron apuntarse un triunfo inmerecido, poco franco, la mujer de Marmolejo dió un mentís rotundo a esas pretensiones de la reacción, y en unas elecciones a juez municipal de aquel pueblo, dió una muestra de su disciplina concurriendo a las urnas para depositar su sufragio en favor del candidato socialista. El triunfo fue absoluto. Un pueblo que cuenta con tanta reacción como Marmolejo, dió la nota de un triunfo completo para los candidatos del partido. ¿Y qué menos podía hacer el partido que agradecérselo como lo ha hecho el pasado domingo rindiéndole un homenaje de simpatía?. A la mujer hay que corresponderle con gentileza cuando sus actos lo merezcan. Y el partido socialista, pese a las propagandas que se empeñan en hacer nuestros enemigos, es capaz de expresarse gentilmente con la mujer, con la mujer camarada, por supuesto, que saben, en un momento dado producirse, como lo ha hecho la mujer marmolejeña, dando un mentís a las derechas, y arrojando por la borda toda una tradición perniciosa para todos, especialmente para la mujer misma

Esto quiere decir que la mujer despierta, y que no pueden con sus sentidos, afrodisiacos de ninguna clase. La mujer que se incorpore rápidamente a la obra del proletariado, y nosotros sus camaradas, sus amigos, sus valedores, tenemos que recibirla, valga la expresión, con palmas y olivas. El homenaje de Marmolejo ha sido el primer paso. Que cunda el ejemplo”

Notas

(1) Juan Madera Campos era zapatero de profesión y también llevaba una representación de máquinas de coser. Formó parte del núcleo fundador del Centro Instructivo Obrero (PSOE y UGT) desde los años iniciales de siglo XX. Ocupó el puesto de juez municipal desde marzo de 1933 hasta abril de 1934 en que fue destituido por la corporación lerrouxista presidida por Carlos Sánchez Solís.

(2) José Gutiérrez Alcalá pertenecía en estos momentos al Partido Radical Republicano de Alejandro Lerroux, concretamente formaba parte de su Junta Directiva local en calidad de secretario general. Otros miembros de este partido en Marmolejo fueron Carlos Sánchez Solís (presidente); Cristóbal Pantoja (tesorero); Emilio Pérez Campoy, Luis Muñoz y Manuel Casado Pedrajas (vocales).

(3) La Libertad fue un diario de tendencia liberal democrática dirigido a la pequeña burguesía, y a las clases populares y obreras. Con los años será el periódico más radical dentro del liberalismo democrático, abierto a las izquierdas y especialmente el socialismo. En el colaboraron personalidades de la política y de las letras como Ortega y Gasset, Indalecio Prieto, Marcelino Domingo, Azorín, etc. En 1931 apoyó abiertamente la  llegada de la Segunda República.

(4) El diario “El Sur” de Córdoba fue fundado por Fernando Vázquez Ocaña (Baena, 1910-México, 1966). Este cordobés compaginó el periodismo con la política. Militante del Partido Socialista Obrero Español (PSOE), en las elecciones generales de 1933 fue elegido diputado por la provincia de Córdoba, lo que le llevó a instalarse poco después en Madrid. Allí alternó su actividad parlamentaria con la periodística, publicando en El Socialista, donde como redactor-jefe jugará una destacada influencia en el gobierno del Frente Popular. En 1937 la Guerra Civil le obligó a marchar a Valencia, donde dirigió El Mercantil Valenciano. Tras ser designado Juan Negrín jefe del Gobierno, nombró responsable de prensa a Fernando Vázquez, a quien la fase final de la guerra le llevó a Barcelona, donde dirigirá La Vanguardia.”




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