Barcelona 1911- Granada 1936, dirigente Comunista, Militar, Interviene en Almería (en la dirección para impedir la sublevación golpista) y se da muerte en n enfretamiento en Granada
Homenaje en Crónica. Tomado de nuestra Nuestra Lucha
En ambos casos se puede acceder al periódico desde los enlaces que se encuentran más abajo. Se puede ampliar dando a ver imagen.
Algunas páginas dedicadas a Lina Odena en periódicos de la época
La vida y la muerte ejemplares de Lina Odena. Alberta Etcharape
Lina Odena. por Antonio Gascón Ricao en Biografías de republicanos
La triste historia de Lina Odena. Por Manuel de León.
El grave error que condujo a la muerte a la ahijada de “Pasionaria” en el Cubillas. Gabriel Pozo Felgueras.
La presencia en los periódicos de Lina Odena es importante en la época de la Republica y la Guerra antes de su fallecimiento. Tras este se convierte es un estandarte. Aquí solo ponemos algunos enlaces un tanto encontrados al azar.
Heraldo de Madrid. Jueves, Mayo 1934. Página 16. Año XXLIV. Núm 15063. Foto de Congreso de Juventudes Comunistas en el momento que habla Lina Odena.
Nuestra
lucha : portavoz de la Unidad Obrera: Año I Número 7 - 1936 Agosto
27 . Pág. 7 La lucha en el frente de Granada. Recolección de
Cereales. Noticas sobre Lina Odena pocas semanas antes de su muerte.
Juventud.Madrid 23 de septiembre de 1936. Núm 25, Página de cierre (8) con foto y página 2 .
Crónica. 4 de octubre de 1936. VIII, Núm 360, Portada con foto a toda plana y página 2.
El Mono Azul. Año 1. Madrid, Jueves,15 de octubre de 1936. nº8. Pag.4. Romance de Lina Odena. Lorenzo Varela.
Por Alberto Etcharape. En Don Quijote Fusilado. (Notas de la guerra de España).Ediciones AIAPE
Montevideo, 1941
Tomado de https://literaturasdelaguerracivilespaola.files.wordpress.com/2016/06/don-quijote-fusilado-etchepare.pdf Vista el 07/06/2021, Páginas 93-97.
Para leer el artículo pincha aquí. Esta dentro de el libro indicado, que contiene semblazas realizadas por el escritor Uruguayo que fue corresponsal en la Guerra de España (1936-39). Y que nos da una idea de la importancia que la entrega revolucionaria de Lina Odena tuvo en la España del momento.
por Antonio Gascón Ricao en Biografías de republicanos
Tomado de http://www.sbhac.net/Republica/Personajes/Biografias/LinaOdena.htm Página vista el 24 de Junio de 2012
Paulina (Lina) Odena García, nació en Barcelona el 22 de enero de 1911. Los padres, José y Mª Dolores, eran dos modestos industriales que regentaban una sastrería en el Pasaje Lluis Pellicer s/n, sito en el barcelonés barrio del Eixample. Lina, todavía una adolescente, ayudó en el negocio familiar; primero como aprendiza y más tarde como sastresa. Ingresada muy joven en el PCE, tras romper con su familia de la que se emancipó, fue enviada a la URSS en julio de 1931 junto con otros varios jóvenes catalanes, en una estancia que duraría 14 meses, pasando allí a cursar estudios en la Escuela Marxista-Leninista de Moscú, escuela donde se formaban los cuadros y donde coincidió con Jesús Hernández, futuro miembro del Buró Político del PCE o con Enrique Lister Forján y Juan Guilloto León, más conocido por Modesto.
A su regreso a España, pasó a formar parte de las Juventudes Comunistas de Cataluña del recién creado Partido Comunista de Cataluña (PCC) dirigido en aquel entonces por Ramón Casanellas. A la caída de Bullejos, secretario general del PCE, y con él Etelviro Vega, secretario general de la Federación Nacional de Juventudes, al celebrarse el III Congreso de las UJC, Lina pasó primero formar parte del Buró Nacional del PCE como delegada para Cataluña, más tarde, en febrero de 1933, sería nombrada secretaria general de las Juventudes Comunistas de Cataluña, pasando también a ser candidata al Parlamento de la República aquel mismo año.
Al producirse en Cataluña la sublevación de octubre de 1934, Lina Odena fue una de las pocas mujeres que empuñó el fusil, participando activamente en algunos combates que tuvieron lugar en la carretera de la Rabassada o en San Cugat. Al fracaso del movimiento Lina pasó a la clandestinidad formando parte del también clandestino Socorro Rojo Internacional, siendo detenida y fichada en Barcelona por la policía en agosto de 1935. Al mes siguiente Lina participó en el IV Congreso de la Internacional Juvenil Comunista (IJC) que tuvo lugar en Copenhague, formando parte de la delegación española que encabezaba Trifón Medrano y donde se produjo un importante giro político.
Consecuencia de aquel congreso, cuando se inició la unificación de las juventudes comunistas con las otras juventudes revolucionarias, Lina tuvo que abandonar Cataluña reclamada por el PCE pasando a residir en Madrid.
Al convocarse las elecciones generales de febrero de 1936, que concluirán con el triunfo del Frente Popular, Lina fue encargada de acompañar a Dolores Ibarruri, la Pasionaria, en los mítines que esta tuvo que dar en Asturias, Madrid, Sevilla o Córdoba. Temporalmente desplazada a Barcelona, participó en las últimas conversaciones que sellaron la unificación de las juventudes marxistas y que darían lugar en abril a la Unió de Juventuts Socialistas de Catalunya (UJSC).
Al iniciarse en julio de 1936 los trabajos previos al Congreso Nacional de Unificación, con congresos provinciales que culminarían con el nacional, a Lina le correspondió Almería, por ello el 18 de julio la sorprendería allí, participando en los combates que tuvieron lugar y donde jugaron un importante papel a favor de la República la llegada de dos compañías de aviación huidas de Granada, que unos días más tarde la nombrarían delegada y representante de la unidad en el Comité local. Como símbolo de su cargo, Lina lució con orgullo, sobre su mono de miliciana, las alas de la aviación desde aquel día y hasta su muerte, tal como atestiguan sus últimas fotografías.
La columna de la que formaba parte Lina, formada por milicianos junto con los antiguos soldados de aviación o marinos procedentes de Almería, fue asignada a la toma de Guadix y más tarde a la Motril. En aquella marcha Lina entabló amistad con Antonio Pretel, diputado comunista y jefe de otra segunda columna que tenía los mismos objetivos. Después de unos viajes relámpago a Madrid o Barcelona, acompañada por Pretel y con la misión de reunir armas, Lina regresó al frente andaluz.
El 14 de septiembre de 1936, junto al
Pantano de Cubillas, cerca de Granada, Lina, equivocadamente al errar
en un cruce el chofer que la acompaña, entró con su coche en un
control falangista, y antes de caer prisionera del enemigo, sacando
su pistola, se suicidó. El cuerpo de Lina reposaba hasta hace unos
años en la fosa 122, Patio de la Ermita, del cementerio de Granada,
pero al no ser reclamados por nadie sus restos pasaron a engrosar un
anónimo osario.
Tomado de
https://www.lavozdealmeria.com/noticia/12/almeria/205400/la-triste-historia-de-lina-odena el 12/07/2021
Una miliciana desconocida en Almería llevaba la voz cantante en la trinchera de Puerta Purchena.
Manuel León 12:02 • 06 dic. 2020
En el fragor de la batalla de Almería, aquella mañana del martes 21 de julio de 1936, destacaba la melena corta de una muchacha que daba órdenes detrás de la barricada de la Plaza Ramón y Cajal (Puerta Purchena). Esa miliciana, menuda y enérgica, con mono azul y fusil en los brazos corría junto a decenas de almerienses leales a la República por la calle Blasco Ibáñez (Rambla Obispo Orberá) ante las acometidas de los sublevados, para refugiarse en el bastión del Gobierno Civil, en Javier Sanz.
Almería -la uvera y minera Almería- estaba a punto de caer en manos de los militares del insurrecto Juan Huerta Topete, y añadir una pica más a los triunfos del general Franco, tras haber tomado Granada.
Sin embargo, los civiles almerienses lograron aguantar la embestida, gracias, sobre todo, al vigoroso fuego disparado por un grupo de Guardias de Asalto leales a la República, a la llegada de unos 70 soldados de aviación armados procedentes de Armilla (Granada) que entraron por la Venta Eritaña y al capitán del Destructor Lepanto, Valentín Fuentes, que se situó al mediodía frente a la rambla de la Chanca y amenazó con bombardear la ciudad si los rebeldes no entregaban las armas. Huerta Topete terminó por rendirse y mandó izar la bandera blanca en La Alcazaba.
Esa audaz joven solo tenía 25 años y se llamaba Lina Odena y era quizá una de las participantes civiles en el combate de Almería con más experiencia. Y lo demostró organizando la llegada de los soldados de Armilla por el Parque Nicolás Salmerón y desplegándolos en puntos estratégicos a través de un plano extendido en el despacho del gobernador civil, Juan Peinado. A partir de la victoria en esa lucha callejera, los militares de Armilla la eligieron su representante en el Comité Local y jefe del Batallón, un caso inédito hasta entonces en esas primeras escaramuzas de la guerra española.
Lina era una total desconocida en esa Almería que veía cómo toda España empezaba a estar en llamas. Sin embargo, atesoraba ya una notable experiencia como miliciana en su Cataluña natal.
Había nacido en 1911 en el barcelonés barrio del Ensanche en una familia de sastres. Antes de los 18 ya se había afiliado al Partido Comunista y con 20 años fue enviada por el PCE a la Unión Soviética donde, con otros jóvenes, permaneció formándose en la Escuela Marxista Leninista de Moscú. De regreso a Barcelona se encuadró en las Juventudes Comunistas de Barcelona hasta llegar a la Federación Nacional y figurar como candidata del Partido Comunista al Parlamento de la República. Durante la sublevación de octubre de 1934, Lina cogió su fusil y se fue a pegar tiros a San Cugat. Con la convocatoria de nuevas elecciones en febrero del 36, fue designada asistente de Pasionaria en sus viajes por Asturias y Andalucía. De ella diría Dolores Ibárruri que era su ahijada.
Pero qué hacía una joven dirigente comunista catalana con aspiraciones políticas en tiempos tan turbios en la lejana Almería: A Lina le sorprendió el golpe militar en esta tierra porque había sido comisionada por el Comité Central de Juventudes Socialistas Unificadas (JSU) para preparar el congreso provincial de unificación entre jóvenes comunistas y socialistas almerienses. Había llegado unos días antes y se alojó en la Casa del Pueblo que estaba en la calle Arráez. Allí tuvo varias reuniones preparatorias con dirigentes locales como Pradal, hasta que se declaró el Estado de Guerra tras unas primeras horas titubeantes por parte de los insurrectos.
Lina, con más experiencia con las armas que la mayoría de los hombres, se puso desde el comienzo al frente de un batallón de milicianos.
Tras derrotar a los sublevados en Almería, en esos primeros días de la Guerra, en medio de una gran dosis de desmesura, el Comité, dirigido por Juan del Aguila y Cayetano Martínez, fue armando a civiles y requisando vehículos para formar un destacamento con destino al frente de Motril. Una de las cabecillas era Lina, a quien le asignaron un Fiat balilla del 29 que era propiedad de don Amador Martínez alias el señorito, un industrial del de Olula del Río, al que los milicianos de Macael habían tachado de elemento peligroso y de pertenecer a la CEDA.
Don Amador, con una fábrica de bloques de mármol, vivió casi toda su vida en la Plaza del Ayuntamiento de Olula, casado con Patrocinio Nevado, en una gran casona con balaustrada de piedra que aún se conserva asaeteada por las malas hierbas.
Con Lina viajaba Juan Cuadrado García, un electricista almeriense reconvertido en chófer de la joven comunista durante ese infernal verano del 36. Además de su rol de heroína de guerra, Lina alternaba los combates con su papel como corresponsal de guerra para el periódico Mundo Obrero. A la redacción de este periódico enviaba de manera rudimentarias fotos y crónicas improvisadas para alentar a los suyos con “las importantes victorias obtenidas en el sur”.
Lo cierto es que Lina, con un puñado de soldados granadinos y milicianos anarquistas y comunistas almerienses, consiguió reprimir el alzamiento en Motril y Guadix, se batió contra los falangistas del capitán Nestares en Huétor Santillán y fue acusada de matar a sangre fía al cura Manuel Vázquez Alfaya. Pero tuvo un triste final esta mujer soldado, esta carismática miliciana: cuando viajaba por el frente granadino el 14 de septiembre, en las inmediaciones del embalse de Cubillas, el chófer se confundió y se metió en líneas enemigas y en un control falangista le echaron el alto. Antes de que la apresaran, sacó la pistola que llevaba en el cinto y se pegó un tiro en la boca.
Murió Lina y nació el mito y se convirtió en protagonista del romancero de Guerra por las trincheras republicanas. En Almería, una imagen suya presidió el Teatro Cervantes durante el Congreso de JSU en octubre del 1936 y la calle Trajano fue rotulada con su nombre por un tiempo por acuerdo del Consejo Municipal en 1937.
Enlace externo http://granadamemoriahistorica.es/?p=604 visto 13/07/2021.Facilitado por Manuel Amorós.
Autor: Gabriel Pozo Felgueras. Publicado en Asociación granadina para la recuperación de la memoria histórica el 19 de diciembre de 2010
Largo artículo en que se hace un recorrido biográfico, deteniéndose en en su papel en Almería y en las circunstancias que la llevaron a la muerte. Profusamente ilustrado con fotos y recortes de periódicos.