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Elisaveta Párshina

(Josefa Pérez Herrera, la dulce dinamitera)

Brigadista. Traductora. Nace en Oriol (Rusia) en 1913 y falleció el 27 de junio de 2002 en Moscú. Participa en acciones por varios frentes, entre otros en Málaga y Almería Publica interesantes memorias.

  1. En Mi lista de novelas sobre la guerra

  2. En Memoria e Historia de la Guerra y el Franquismo en la Axarquía. Por Encarnación Barranquero Texeira, Lucía Prieto Borrego

  3. La dulce dinamitera. Por Gloria Planels

  4. En La Esfera de los libros

1) En Mi lista de novelas sobre la guerra

Tomado de http://dormidasenelcajondelolvido.blogspot.com.es/2010/07/mi-lista-de-novelas-sobre-la-guerra.html Página vista el 26 de Mayo de 2012

La brigadista de Elisabeta Parshina. Memorias de una joven rusa que vino a España como traductora de las Brigadas Internacionales. Los primeros capítulos de esta biografía cuentan como pidió servir en el frente de guerra, su llegada a Málaga justo pocos días antes de su caída en manos franquistas y sus experiencias en la dramática huida a través de la carretera hacia Almería. Fue lo que vio allí lo que la llevó a empuñar las armas en defensa de la República en primera línea de combate.


2) En Memoria e Historia de la Guerra y el Franquismo en la Axarquía.

Tomado http://dialnet.unirioja.es/servlet/articulo?codigo=2888478 Página vista el 26 de mayo de 2012

Memoria e Historia de la Guerra y el Franquismo en la Axarquía



Por su parte, algunos de sus protagonistas escribieron sus memorias, igualmente recordando lugares y nombres que les impresionaron por su dramatismo.

Así, por ejemplo, la brigadista soviética Elizabetha Parshina, traductora del consejero Kiselev que ha publicado sus memorias casi setenta años después recuerda nítidamente el paso por la costa de la Axarquía, evoca el improvisado barracón que acogió al Estado Mayor y la situación en el camino:

“[...] A pocos kilómetros alcanzamos las tropas en retirada. A Vélez había una hora de camino y se suponía que allí el enemigo intentaría aislar Málaga de la zona republicana. El Estado Mayor se ubicaba en un barracón de piedra, a orillas del mar. La oscura sala con suelo de piedra y techos bajos, estaba atestada de gente. Estaban las autoridades civiles y los representantes de diversos partidos y Villalba cabizbajo. Durante la noche el Estado Mayor no había podido restablecer el contacto con las tropas y había perdido el control de las mismas. La carretera está atascada de gente y pronto empiezan los bombardeos desde los acorazados fondeados cerca de la playa. La carretera

está expuesta al mar en toda su extensión hasta Motril... Los obuses estallaban en las rocas y empezó a caer una lluvia de pedruscos. La gente corría llevando los niños en brazos y abandonando las últimas pertenencias... se oían los gemidos de los heridos y los viejos, con lágrimas en los ojos suplicaban que los abandonaran allí e intentasen salvar a los niños [...]”

  1. PARSHINA, Elizabetha: La brigadista, Madrid, 2002, 59-68.


3) La dulce dinamitera.

Por Gloria Planels

Tomado de Paisajes de la Guerrilla http://paisajesdelaguerrilla.blogspot.com.es/2010/03/la-dulce-dinamitera.html Página vista el 28 de mayo de 2012

DOMINGO, 28 DE MARZO DE 2010


"Solo muere lo que se olvida.
Adiós, Elizaveta".

Elizaveta Parshina, La dulce dinamitera.

Gloria Planells • Diario EL MUNDO 05-06-02

Su vida fue un prodigio de acción y de conciencia. La mirada congelada de un niño, sepultado bajo los restos de un carro volcado en un bombardeo durante la Guerra Civil Española, significó para Elizaveta Parshina su compromiso definitivo con las armas.

El incidente ocurrió en Motril, durante los días de la "Caravana de la Muerte", la columna de 150.000 refugiados malagueños que huía hacia Almería, ametrallada por los cañones de los cruceros "Canarias" y "Baleares" y los cazas alemanes e italianos. Aquello marcó el inicio de una nueva vida, la de soldado, para esta brigadista rusa que, como otros miles de voluntarios, llegó a tierras españolas deseosa de defender la legitimidad de la democracia y la libertad del pueblo de España contra los fascistas.

Elizaveta Parshina adoptó el nombre de Josefa Pérez Herrera desde que en octubre de 1936 aterrizó en la Ciudad Condal. Al poco tiempo comenzó a trabajar en Albacete como traductora en el Estado Mayor de la Aviación Soviética, pero nunca olvidó su obsesión de juventud por combatir en el
frente.

Elizaveta no pertenecía al Partido Comunista ni poseía rango militar alguno, pero sus nociones de castellano le permitieron ingresar en las filas del XIV Cuerpo de Guerrilleros del Ejército Republicano, también llamado "Niños de la Noche", un destacamento de campesinos y obreros andaluces, gran parte de ellos fuera de edad militar -o muy jóvenes ó demasiado mayores- la mayoria malagueños que, como ella reconocía, "no habían cogido un arma en su vida, pero aprendían rápidamente", empezando sus primeras operaciones guerrilleras en localidades costasoleñas como Vélez-Málaga o Fuengirola, Málaga.

No era habitual en la época defenderse en dos idiomas, por lo que la labor de Elizaveta en las situaciones delicadas era fundamental. Artur Sprogis, veterano de la 1a Guerra Mundial, el consejero soviético que dirigía la compañía de reconocimiento y exploración, y que más tarde se convertiría en su marido, le advirtió en más de una ocasión: «Si hoy no traduces bien, acabaremos todos volando por los aires».

Y es que el consejero ruso asesoraba a los miembros del cuerpo guerrillero en el manejo de explosivos. De ahí que el papel de Parshina fuera tan importante. Mano a mano, consejero e intérprete dinamitaron cuatro puentes de carretera y uno de ferrocarril, así como varias capturas de prisioneros tras las líneas enemigas.

Rebelde y con un corazón sediento de aventuras, su mayor virtud a lo largo de la contienda española fue la preocupación que mostró en todo momento por sus compañeros y por sus familias. Como relata en"La Brigadista" -libro que ella misma escribió y que publicó La Esfera de los Libros hace unos meses-, «no estábamos en absoluto preparados para la muerte de nuestros compañeros. Creo queaquello fue lo más duro de la guerra».

El amor que sentía por los suyos era totalmente correspondido y de ellos se ganó la reputación de ser paciente y discreta. Amante de las flores, lo que más detestaba Elizaveta era estar siempre rodeada de piedras o zarzas, «...con las flores tan bellas y perfumadas que hay en España». La visión de las flores era la esperanza que ayudaba a la brigadista a salir adelante una y otra vez
.
Parshina tenía en alta estima a los habitantes de la tierra en que luchaba. Le conmovía en especial la canción española, en la cual decía que «se oculta la inagotable energía y vitalidad de generaciones enteras de ese pueblo tenaz y trabajador. Las canciones españolas despiertan en los que las escuchan fuerzas poderosas y ansias de libertad».

Elizaveta Parshina nació en 1913 en la ciudad de Oriol, donde la I Guerra Mundial y la Revolución Bolchevique eclipsaron su infancia con escenas de fusilamientos, levas masivas y regresos del frente de miles de soldados inválidos

RECUERDOS: 1937. Desde lo alto de un cerro, Elizaveta contemplaba la escena junto a tres camaradas provistos de ametralladoras:

"De repente, ví que a unos 50 metros se acercaban dos camiones con unos 40 soldados uniformados.Dí la orden de no disparar porque Artur y los nuestros estaban todavía allí abajo».

Sólo cuando el grupo se dispersó, Elizaveta ordenó abrir fuego. «Los franquistas no se esperaban aquel golpe en su retaguardia a plena luz del día», dice. "Sólo cinco o seis fascistas bajaron del camión para dispararnos. Los demás huyeron, estaban heridos o habrían muerto", recuerda. Tras la refriega, el XIV Cuerpo de Guerrilleros no se detuvo hasta llegar al Tajo"

A su regreso a la URSS tras la Guerra Civil Española, Parshina contrajo matrimonio con su comandante Artur Sprogis en el XIV Cuerpo Guerrillero, y fue una de las tres primeras mujeres que consiguieron ingresar en la Dirección General de Inteligencia soviética, el temido SMERSH.

Al final de 1943, por necesidades familiares empezó a trabajar en una tienda de libros en Moscú. Tres años después, la Dirección General de Inteligencia la envía a Checoslovaquia. Regresa a la URRS y decide retirarse de su actividad como espía en el NKVD, trabajando en un instituto de investigación científica donde permanece hasta su jubilación en 1970. Y a partir de ese momento se dedica a escribir, sobrevive con una exigua pensión de poco más de 130 euros y engrosa las filas de la asociación Archivo Guerra y Exilio (AGE), siendo una de sus mas entusiastas colaboradoras.

Elizaveta Parshina, brigadista rusa, nació en Oriol (Rusia) en 1913 y falleció el 27 de junio de 2002 en Moscú.

PUBLICADO POR TXEMA PRADA SR. EN DOMINGO, MARZO 28, 2010 

4) En La Esfera de los libros

Elisaveta Párshina ( Josefa Pérez Herrera)

Tomado de http://www.esferalibros.com/autor/elisaveta-parshina/ Página vista el 26 de mayo de 2012.

Elizaveta Párshina formó parte durante la Guerra Civil española del célebre XIV Cuerpo de Guerrilleros del Ejército Republicano, también llamados "Niños de la Noche", que fue una unidad que trabajó exclusivamente tras las filas enemigas.
A su regreso a la Unión Soviética, Elizaveta Párshina (o Josefa Pérez Herrera, nombre con el que la conocieron los españoles) se casó con Artur Sprogis y empezó a trabajar en el Ministerio de Comercio Exterior.
En 1939, gracias a las presiones de la GRU (Glavnoe Razvedyvatelnoe Upravlenie, Dirección General de Inteligencia, organismo dependiente del Ministerio de Defensa que se dedicaba al espionaje), Elizaveta Parshina ingresó en la misma academia. Fue una de las tres primeras mujeres que consiguieron ingresar en la institución.
El 22 de junio de 1941 las tropas alemanas invadieron la URSS. La invasión sorprendió a Elizaveta en un campamento militar en la frontera con Polonia, pero logró llegar a Moscú.
A finales de 1942, cuando la amenaza alemana sobre Moscú disminuyó, Párshina fue enviada a Krasnodar, ciudad situada al norte del Cáucaso. Allí trabajó en SMERSH (acrónimo de SMERt Shpionam, Muerte a los espías) la temible organización creada durante la Gran Guerra Patria para la lucha contra los espías alemanes.
Al final de 1943 Parshina fue enviada a Moscú, donde vivió varios meses y trabajó para la NKVD,

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