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Hernández y Espinosa, Maria del Carmen (Duquesa de Santoña)

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Dª Maria del Carmen Hernández y Espinosa

Tomado de Dª Maria del Carmen Hernández y Espinosa 2006 http://coralarmiz.com/Motril/duquesa.htm

La "señá Mariquita Hernández" (como se le llamaba popularmente en su tierra por haber vivido en ella su soltería), fue una motrileña de carácter tesonero: ambiciosa y a la vez generosa, luchadora, arriesgada, emprendedora mas que empresaria, y de un gracioso desparpajo mediterráneo, que cautivó y enceló a la sociedad madrileña.

Nació en Motril en 1828 dentro del seno de una familia terrateniente y murió en Madrid a los 66 años de edad, abandonada, arruinada, y acogida a la caridad institucional. Su vida transcurrió en una permanente contradicción quimérica entre la riqueza, la desgracia y la filantropía.

Su segundo matrimonio, el de los marqueses de Manzanedo y duques de Santoña, se consideró poseedor de una de las primeras fortunas de la nación. En Madrid vivió en un palacio, joyel de incalculables tesoros artísticos, sito en al calle Huertas nº 11. actualmente es propiedad de la Cámara de Comercio de la capital y se conserva tal y como ella misma lo reformó.

La vida de la duquesa estuvo sujeta a innumerables vicisitudes: quedó huérfana de madre en su juventud, se enemistó irreconciliablemente con su padre, enviudó en sus dos matrimonios y su único hijo murió prematuramente, teniéndose que hacer cargo de sus tres nietas, huérfanas también de madre. A partir de su segunda viudedad su relación social, su salud y su economía se fueron deteriorando irremisiblemente, a causa de un problemático litigio testamentario frente a la hija de su segundo marido. Josefa Manzanedo Intentas. Pero como lo relevante son las realizaciones y el legado, siempre habrá de ser recordada por importantes ejecuciones anticipadas a su época, tales como la azucarera " las Tres Hermanas" (Nombre que alude a sus nietas) y que fue la primera destilería de alcohol de la zona costera. También construyó el originario edificio-balneario en los manantiales de Lanjarón, adquiridos en la desamortización de Madoz. Pero sobre todo, lo más humanitario y trascendente fue la creación a expensas de su propio peculio del "Hospital y Asilo del Niño Jesús", de Madrid, pionero de los centros pediátricos españoles y puntero hoy en día en al investigación de la patología infantil.

Bibliografia:

Guadalfeo, revista de estudios de la Costa y Alpujarras Granadinas

Articulo de José López Lengo


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Duquesa de Santoña.

Tomado de Duquesa de Santoña. En memoria de mujeres en el callejero de Madrid. http://www.munimadrid.es/principal/ayuntamiento/servmuni/igualdadempleo/juanalola.pdf


María del Carmen Hernández y Espinosa de los Monteros, duquesa de Santoña, fue conocida por su gran dedicación a obras de beneficencia y caridad en el Madrid de la segunda mitad del siglo xix. Se casó en segundas nupcias con el rico industrial y banquero Juan Manuel de Manzanedo y González (Santoña, 1803-1882), nombrado marqués de Manzanedo desde 1864 y duque de Santoña desde 1875, como gratificación por su contribución a la Restauración borbónica con Alfonso XII.

En los nueve años que duró el matrimonio, los duques de Santoña llevaron a cabo múltiples obras de beneficencia en Madrid. La más importante la fundación del Hospital Infantil del Niño Jesús, en la que la duquesa tuvo un claro protagonismo. Este hospital era uno de los primeros hospitales pediátricos de España y de Europa; su construcción data de 1876, fecha en que la que una Real Orden autoriza a la duquesa a fundar y mantener la Asociaci n Nacional para la Fundaci ón y Sostenimiento de Hospitales de Niños en España. El hospital se inauguró en 1877, y ocupó al principio una casa de vecindad en el número 23 de la calle del Laurel, en el barrio madrileño de Las Peñuelas. Disponía de seis salas con camas de hierro y algunos lujos insólitos para la época, como un plato, un vaso y una taza de metal para cada paciente, o estufas en las salas.

El matrimonio residió en el Palacio de los duques de Santoña, en la calle de Las Huertas número 13, que había sido adquirido por Juan Manuel en 1874 para entregárselo en donación de arras a su esposa. Entre 1886 y 1880 encargaron su restauración a Domingo de Inza y Antonio Ruiz de Salces, famoso por su colaboración, junto con Francisco Jareño, en la construcción de la Biblioteca Nacional, y su reforma del monasterio de las Salesas. La duquesa de Santoña confió su decoración a los más renombrados artistas de la época, que convirtieron el palacio en una lujosa residencia y señalado lugar de encuentro de personajes importantes de la escena política y social del momento.

Cuando falleció su marido, en 1882, la vida de la duquesa de Santoña dio un vuelco inesperado, que terminó por arruinarla. Una hija ilegítima de su marido vino desde Cuba e interpuso una demanda contra ella, reclamando la herencia de su padre. Tras diez años de pleitos, la duquesa de Santoña tuvo que traspasar la herencia a su hijastra, y se la llegó a apodar “la duquesa mendiga”. El palacio pasó a ser propiedad del político Canalejas, hasta que lo asesinaron en 1912. Los herederos de Canalejas vendieron el palacio a la Cámara de Industria en 1933, y desde 1962 es la sede de la Cámara de Comercio e Industria de Madrid.

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Vease también http://www.hospitalninojesus.com/PatrimonioArtistico.php Hospital del Niño Jesús.