Vélez Rubio (Almería), e 30 de diciembre de 1848- Madrid, 10 de enero de 1918
Dedica su vida al apostolado seglar con las personas marginadas. Funda diversas organizaciones.
5 Referencias
1) Nuestra Fundadora. Instituto Catequista Dolores Sopeña.
2) Instituto Dolores Sopeña. 2001: 100 años.
3) RODRÍGUEZ SOPEÑA, DOLORES. En... Cien Almerienses del Siglo XX. Diario Ideal.
4) Dolores Sopeña según el Colegio Mater Asunta.
5) Dolores Sopeña en la obra del Padre Tapia.
Tomado de http://www.catequistasopena.org/nuestra-fundadora/ Página vista el 26 de Junio de 2016
Dolores Sopeña fue una mujer ejemplar de gran sensibilidad social e inquietud apostólica que dedicó su vida a impulsar la fraternidad y a reconocer a cada persona como un hijo de Dios, al margen de su condición social, cultural y religiosa. Con su visión humanizadora del Evangelio, luchó para ofrecer oportunidades, centrándose en el mundo del trabajo, para que más personas vivieran con dignidad.
Dolores Sopeña nació en Vélez Rubio, un pueblo de la provincia de Almería (España), el 30 de diciembre de 1848. Desde muy joven, despliega muchas iniciativas apostólicas para cubrir necesidades de la población más desfavorecida y dar a conocer a Dios a personas no educadas desde el cristianismo.
Son muy conocidas sus andanzas para ayudar a dos enfermas de tifus en las cuevas de Almería y su amistad con un leproso de las afueras de la ciudad.
En Puerto Rico abre Escuelas Dominicales, dirigidas a los sectores más apartados de la sociedad, en las que se enseñaba educación básica y el catecismo. Al mismo tiempo funda la Asociación de Hijas de María cuya finalidad es formar desde el cristianismo a jóvenes de la alta sociedad para despertar en ellas el compromiso y trabajar en las propias Escuelas Dominicales.
En Santiago de Cuba funda sus primeros Centros de Instrucción en las periferias de la ciudad. Allí comienza a perfilarse su metodología de trabajo, basada en salir al encuentro, acoger e invitar a todos a participar en actividades de formación humana y cristiana, al tiempo que se cubrían sus necesidades básicas.
En la cárcel de mujeres de Madrid, atiende a las necesidades humanas y legales de las presas que salen de prisión en la oficina que ella denomina Casa Social donde también se brinda la enseñanza del catecismo.
De aquí surge el trabajo en las barriadas periféricas de la capital, iniciando en el barrio de Las Injurias. Despierta la sensibilidad social de muchas señoras que se suman a su compromiso cristiano. Su obra comienza a ser conocida por la metodología novedosa de educar desde el cristianismo a los adultos alejados de Dios. Como consecuencia, en 1892 el obispo la anima a fundar una Asociación apostólica de laicos, que perdura hasta la actualidad.
La Obra se expande por diversos barrios de Madrid y en tan solo 4 años, Dolores Sopeña comienza a viajar incesantemente para establecer la Asociación en toda España y dedicarse a las misiones populares.
Así en 1901, nace un instituto religioso, -hoy Instituto Catequista Dolores Sopeña-, aprobado por la Iglesia en 1907. Poco después, en 1902 y en un fuerte contexto anticlerical, funda una Asociación civil, -hoy Fundación Dolores Sopeña-, para seguir su misión evangelizadora y de formación integral de los sectores más desfavorecidos y alejados de la Iglesia, junto a un grupo de colaboradores que participan en su espiritualidad y misión. En 1917, sale el primer grupo de Catequistas a fundar en Chile.
Dolores Sopeña muere en Madrid, el 10 de enero de 1918 pero su obra sigue muy viva con presencia en 13 ciudades españolas, en 6 países de Latinoamérica (Argentina, Colombia, Chile, Cuba, Ecuador y México) y en Italia. Su labor continúa gracias a la Fundación Dolores Sopeña, que engloba toda su red civil: colegios, escuelas, centros de adultos, casas de ayuda etc., a las Catequistas Sopeña y al Movimiento de Laicos.
http://www.archimadrid.es/alfayome/menu/pasados/revistas/2001/abr2001/num256/desdlafe/deslafe4.htm
Una
vida por y para el necesitado
Este año se cumple un siglo desde
la fundación del Instituto Dolores Sopeña.
Una vida dedicada a
la formación del trabajador y a la atención del pobre
Por Llamas Palacios.
A veces, al leer la biografía de una persona, uno puede percibir entre líneas (a veces incluso las mismas líneas muestran claramente coincidencias que no lo son tanto) un camino trazado por un pincel sabio. Suele tratarse de caminos peculiares, no frecuentes… ni frecuentados. La vida de María Dolores R. Sopeña es un ejemplo claro de camino marcado tras los pasos de Dios, buscando al pobre, al marginado, al que no le encuentra sentido a su vida. Sobre todo, los obreros y su formación fueron el centro de su trabajo. Dignificar más y más al trabajador ha sido la más vehemente aspiración de toda mi vida, decía María Dolores R. Sopeña.
Y el camino trazado la llevó a vivir, primero, en Andalucía. Ya desde joven, Dolores acudía con una amiga al actual barrio de La Chanca, de Almería, donde residía la población más marginada de la zona, en cuevas, a atender enfermos de tifus, de lepra; también visitaban a presos en sus cárceles, los escuchaban, los acogían y les hablaban del Dios que los amaba como hijos suyos. Después la llevó a Madrid; y a trasladarse con su familia, cuando todavía era muy joven, a Puerto Rico y a Cuba. En todos esos lugares María Dolores plantó una semilla de esperanza en los más necesitados, y en su corazón germinaba a la vez una idea que, en la madurez de su vida, tomaría el aspecto de una Asociación apostólica (El movimiento Sopeña), de un Instituto (el Instituto Sopeña), y de una familia (la Familia Sopeña), que hoy intenta prolongar el proyecto de vida que Dios inspiró a Dolores Sopeña: la construcción de un mundo digno y fraterno, como instrumento para que toda la Humanidad llegue a conocer y amar a Dios.
Este año se cumple un siglo desde que, en 1901, Dolores Sopeña fundase el actualmente llamado Instituto Dolores Sopeña, que nació en Toledo, el 31 de octubre de 1901. Abrieron allí su primera casa, y después de ésa vinieron muchas más. Su labor no era sencilla. A principios de siglo se vivían momentos anticlericales. Manifestaciones obreras, protestas contra los centros obreros de instrucción que se fundaban y las labores que se llevaban a cabo en ellos…, pero Dolores R. Sopeña no descansaba. Hoy su obra se extiende en 39 nuevos lugares, repartidos por toda España y en parte del mundo, como Argentina, Italia, Chile, Colombia, Ecuador, Perú, Méjico y República Dominicana. La diabetes postró en la cama a María Dolores Sopeña, y murió en Madrid, el 10 de enero de 1918. Su fama de santidad hizo que el obispo de Madrid iniciara a la Causa de canonización con la celebración del proceso ordinario informativo, que terminó en 1956. El proceso apostólico se celebró en la misma curia de Madrid, desde 1981-1982, y su validez jurídica fue reconocida el 18 de febrero de 1983. Los obispos reunidos en Congregación Ordinaria, el 19 de mayo de 1992, reconocieron que la Sierva de Dios había practicado en grado heroico las virtudes teologales, cardinales y anejas. El Instituto Dolores Sopeña se define como una fórmula original de presencia en medio del mundo, que integra la total consagración a Dios y la dedicación exclusiva a los ideales de promoción humana, evangelización que movieron a su fundadora. Las que pertenecen al Instituto son las responsables de animar, impulsar, sostener y dar continuidad a toda la Familia Sopeña. De esta manera, la familia Sopeña se hace presente en la sociedad en Centros familiares, Academias técnico-artesanales, Escuelas profesionales, Centros de alfabetización, de Educación permanente de
adultos, Colegios de EGB, Dispensarios médicos, Guarderías laborales, Residencias
universitarias… etc., promoviendo la dignidad del trabajador, favoreciendo lazos de amistad más allá de las ideologías o condiciones sociales, acercándose a diversos sectores sociales…, procurando hacer, en palabras de Dolores R. Sopeña, una sola familia de todos en Cristo.
Cien Almerienses del Siglo XX. Diario Ideal http://www.ideal.es/almerienses/
Benefactora
Dolores Rodríguez Sopeña nació un día antes de que finalizara el año 1848 en Vélez Rubio. La posición de su familia en Almería era acomodada, pues su padre era juez. Toda su vida la dedicaría a los demás, a cuidar de que no faltara lo imprescindible a las personas que convivieran en su alrededor.
Durante su infancia recorrió con su familia varias localidades de las provincias almeriense y granadina. Con nueve años comenzarían sus problemas con la vista, entonces la intervinieron; sin embargo, a lo largo de toda su vida sufrió este mal. En 1866 se instala en Almería al nombrar a su padre fiscal de la Audiencia. Entonces comienza su labor de dedicación íntegra hacia los demás. Se recorre las cuevas de La Chanca con una amiga y ante la adversidad y la penuria que encuentra decide ayudar de alguna forma.
Cuando las obras de teatro que interpretaban no daban dinero suficiente para paliar las penas que hallaban, recurren inclusive a disfrazarse de mendigas y pedir para poder mitigar el mal que tenían aquellas personas, según cuenta Florentino Castañeda en la Revista Velezana.
Más tarde la familia de Dolores viaja a Puerto Rico, trasladado su padre allá, aunque ella queda en Madrid. Allí se recuerda su trabajo en el Hospital de la Princesa y en la cárcel de mujeres. Viajará finalmente hasta ese país americano. En todo este tiempo Dolores ya ha iniciado su obra, abre centros de ayuda para los obreros, en Madrid, en toda España y luego ella misma viaja por el mundo –Orán, París, Cuba, Chile, Buenos Aires– para acoger a las personas de las clases más desprotegidas.
Se cuentan hasta 199 viajes en cuatro años y a pesar de su enfermedad, pero alentada siempre por la miseria que encuentra y por el respaldo al tiempo que le dan otras personas que la elevan y la secundan.
El 10 de enero de 1918 falleció, entonces quienes la acompañaban en su labor y los innumerables pobres a quienes alivió dijeron que había muerto la Madre de los Obreros. Por todo el mundo quedaron sus centros para obreros, dentro de la institución que trabajaba bajo el nombre de Damas Catequistas.
Tres años antes de que falleciera se le concedería la Cruz de Alfonso X. Después se iniciarían los trámites para su beatificación
Ver otro esbozo biográfico de Dolores Rodríguez Sopeña [1848-1918] Colegio Mater Asunta. Almería.
Dolores Rodriguez Sopena. (1848 Velez-Rubio (Almería)- 1918 Madrid) Reliogiosa. Funda centros obreros católicos. Más información en Mujeres en “Almería hombre a hombre” del Padre tapia.
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