Política. Comunista. Asesinada, legalmente, por los fascista en Jaen. 1940. Madre de 23 hijos e hijas, de los que llegó a tener vivos a la vez a 14.
Dolores García-Negrete con su esposo e doce de sus hijos doce hijos: Federico, Carlos, Fernando, Pablo, Manolo, Salvador, Joaquín, Jose Luis, Lolita, Meles, Carmen y María Victoria, la menor.
Procedencia de las fotos
http://www.pueblos-espana.org/andalucia/jaen/castillo+de+locubin/621783/
página vista el 28 de diciembre de 2014 , Procedencia de la foto
http://www.pueblos-espana.org/andalucia/jaen/castillo+de+locubin/511863/
página vista el 28 de diciembre de 2014
1) Dolores García-Negrete Ruiz Zarco en Pueblos de España
2) La familia Castillo García- Negrete: saga de científicos e intelectuales
Natural de Alcalá la Real (Jaén). Ejecutadas por el Franquismo el 1 de marzo de 1940, Jaén. Tuvo 23 partos, reuniendo con vida a 14 hijos e hijas.
Jaén ya cuenta con una calle con su nombre.Dolores García-Negrete Ruiz Zarco
Biografía
de una comprometida defensora de la libertad y la democracia
Tomado de La
Guerra Civil en Jaén. http://laguerraenjaen.com/noticias_negrete.php
Página vista el 28 de diciembre de 2014
Luis Miguel
Sánchez Tostado
En sesión ordinaria de fecha 6 de
septiembre de 2006 el pleno del ayuntamiento de Jaén, a propuesta de
Izquierda Unida, aprobó por unanimidad la denominación de una calle
de Jaén con el nombre de Dolores García-Negrete. Pese a su humilde
ubicación en el callejero (una pequeña callejuela en el barrio de
Santa Isabel) supone uno de los escasos tributos a personajes del
bando republicano durante la guerra civil, en una ciudad, donde aún
existen medio centenar de calles que nos recuerdan efemérides,
lugares y personajes vinculados con la dictadura franquista.
Sería
conveniente, no obstante, que la denominación de la calle “Dolores
García-Negrete” no se limite a un mero formalismo burocrático y
que pronto se instale la placa rotulada con su nombre la cual, pese
al tiempo transcurrido, aún brilla por su ausencia.
BIOGRAFIA
Dolores
García-Negrete Ruiz Zarco era natural de Alcalá la Real, casada con
Federico Castillo Extremera, médico de profesión natural de
Castillo de Locubín y uno de los personajes más populares de su
tiempo sobre todo en la capital donde fueron muy conocidos. Federico
Castillo fue muy respetado no sólo en el ámbito médico, también
por su compromiso social. Responsable provincial de Izquierda
Republicana, fue diputado a Cortes por la citada formación política
y a su muerte, ocurrida en Madrid en noviembre de 1936 debido a un
cáncer de garganta, ostentaba la presidencia de la Diputación
Provincial de Jaén.
El matrimonio Castillo-García Negrete
formó una prolífica familia. Dolores llegó a parir nada menos que
veintitrés veces habiendo conseguido reunir vivos a catorce de sus
hijos. Al final de la guerra vivían once. Dolores, como tantas
mujeres de su tiempo, educó a sus hijos en un ambiente cristiano
(todos ellos estudiaron en colegios católicos: Santo Tomás, San
Agustín, La Gota de Leche y Las Teresianas en Jaén, y San Bartolomé
y Santiago en Granada, y todos fueron bautizados y confirmados). Lo
insólito de la familia Castillo era cómo, aun siendo una familia
acomodada de médicos y estudiantes universitarios con suficientes
recursos económicos, mostraron una fidelidad incuestionable a la
causa republicana y la defensa de los sectores sociales más
desfavorecidos. Así lo reconoció Dolores, de forma valiente, en su
primera declaración al ser detenida
“Ingresé en el partido comunista a principios de 1937 sin que hasta entonces haya profesado tales ideas, aunque siempre he sido amiga de los pobres y de la familia liberal”.1
Sacar adelante a familia tan numerosa requería un esfuerzo extraordinario. Su domicilio en la calle Bernabé Soriano nº 10 de Jaén, lugar donde se encontraba la consulta médica donde ejercían la medicina Federico y sus hijos, fue lugar de encuentro de estudiantes, políticos y comunistas, también de intelectuales y artistas, pero también de pobres y menesterosos que carecían de recursos para pagar la asistencia médica. En cambio la posición social y el nivel cultural de esta familia republicana fueron circunstancias que el régimen franquista consideró como un problema hasta el punto de referirlo en los informes que la Falange elevó al juez al concluir la guerra:
“La denunciada y sus hijos constituyen uno de los principales elementos responsables de la revolución roja por su nivel intelectual y buena posición económica y su incontenible odio hacia todo lo que representa orden social y tradición”.2
La actividad política que desarrolló
su esposo, al que siempre apoyó, y la influencia de sus hijos
mayores (Federico y Manuel, también médicos) más próximos a las
teorías comunistas, empujó a Dolores hacia la lucha política.
A
Dolores el inicio de la guerra le sorprendió en Madrid donde se
encontraba con su esposo que estaba siendo tratado del cáncer que
padecía. En la capital de España, días antes del Levantamiento,
conoció el atentado contra el teniente de asalto José Castillo
Sáenz de Tejada, familiar de Federico, también natural de Alcalá
la Real, que sería asesinado en Madrid por un grupo de falangistas
el 12 de julio de 1936. Crimen que fue vengado con el atentado sobre
José Calvo Sotelo cuatro horas más tarde. La muerte de su esposo
sumergió a Dolores en un profundo desconsuelo pero, ante los
gravísimos acontecimientos tras el golpe de Estado, lejos de
amilanar su ánimo decidió dar un giro a su vida y continuar las
iniciativas de su esposo en la lucha por la libertad.
A su regreso de Madrid desarrolló una
intensísima actividad política, sin duda influida por su hijo
mayor. Se afilió al partido comunista del que Federico (hijo) era
miembro fundador en la capital, volcándose por entero en la defensa
de la legitimidad republicana. Surgió, de esta forma, una nueva
Dolores, muy distinta a aquella madre de familia, discreta y
católica. La decisión de esta mujer de movilizarse en la defensa de
la democracia en detrimento de la Iglesia en la que tanto creyó, fue
mal vista por algunos sacerdotes de Jaén que le acusaron de “haber
perdido la razón” por abandonar su línea anterior. El sacerdote
Francisco Serrano Pardo dijo que “la inculpada era un persona buena
y religiosa, se portaba bien con sus hijos educándolos
cristianamente (...) pero desde la guerra cree que no está bien de
la cabeza”.3 Su confesor, el sacerdote Blas Moreno Covaleda, que
además bautizó a todos sus hijos, declaró “que con anterioridad
al Movimiento era una persona buena y religiosa creyendo que desde la
muerte de su esposo ha perdido la razón por la actuación política
que ha tenido, pero a pesar de ello cree que sigue con sus buenos
sentimientos”.4 Como es habitual tras una guerra civil, los vecinos
se repartieron versiones distintas y cada cual emitió una opinión
en función del aprecio o antipatía que sintiera hacia el procesado
o los rencores acumulados durante la guerra e incluso antes de
ella.
Dolores García-Negrete fue Consejera (diputada) de la
Diputación Provincial de Jaén y creó una célula comunista en el
barrio de San Ildefonso (la nº 10) de la que fue su responsable. A
su domicilio acudían con frecuencia dirigentes comunistas como
Cristóbal Valenzuela Ortega (secretario provincial del PCE), José
Aroca Núñez (concejal comunista y anterior secretario provincial),
Lupiáñez o Julio Gómez Blanes (profesor de idiomas del Instituto y
muy amigo de su marido), entre otros.
Dolores movilizó a las mujeres
republicanas y fundó la Asociación de Mujeres Antifascistas de Jaén
de la que fue su presidenta en un intento de potenciar el papel de la
mujer en la guerra que se libraba en aquellos momentos. Les instaba
continuamente a colaborar en la defensa de la república. Haciendo
gala de una actividad sorprendente, presidió la “Campaña de
Invierno” del Socorro Rojo Internacional (S.R.I.) en la provincia
con el fin de recoger ropas y vituallas destinadas a los soldados
republicanos en el frente. Para ello utilizó los micrófonos de
Radio Jaén (entonces llamada “Estación Radio Jaén, E.A.J.-61”)
a través de los cuales arengaba a los ciudadanos promoviendo la
solidaridad con emocionados discursos “haciendo un llamamiento al
corazón de las esposas, madres e hijas para que se acordasen de los
que pasaban frío en el frente al objeto de que facilitasen
ropas”.
El Gobernador Civil anunciaba al director de Radio
Jaén la participación de Dolores García-Negrete:
“Camarada director de Radio Jaén.
Salud.
Mañana martes y a
continuación de las noticias que a las 9:15 de la noche facilita la
Subsecreataría de Información y Propaganda y que transmite Radio
Barcelona, pronunciará desde esta emisora de Radio Jaén una
interesante alocución la Presidenta de la Comisión Provincial
Pro-campaña de Invierno para asistencia del combatiente iniciada por
el S.R.I., Dª Dolores García-Negrete, viuda del inolvidable
Castillo Extremera.
Jaén, 20 de diciembre de 1937”.
Así se
expresaba Dolores García-Negrete en un llamamiento público a través
de la radio:
" Camaradas de la
retaguardia.
Salud.
En nombre de la Comisión Provincial
designada por el S.R.I. para intensificar la campaña de invierno,
voy a permitirme dedicaros una breve alocución.
Ha llegado la
estación de las nieves, los hielos y las escarchas, de los cierzos y
los relentes que congelan la vida, y el combatiente tiene frío; el
combatiente necesita contrarrestar las inclemencias del invierno.
Desde luego es imprescindible que se sepa para ensalzarlo, para
glorificarlo, que la elevada moral de nuestros combatientes está
dispuesta a soportar los más terribles rigores sin decaer un
momento. Saben por lo que luchan, tienen plena conciencia de su
responsabilidad y absoluta confianza en la retaguardia, siente el
calor de la solidaridad con la que la retaguardia cuida de
procurarle, entre otros elementos indispensables, los de abrigo para
contrarrestar las crueldades invernales. Y esa confianza, que no
podemos defraudar, lleva aliento confortador a su espíritu, calor a
sus ateridas carnes e indomables bríos para pelear hasta vencer a
los traidores que dieron paso a la invasión devastadora, humillante,
tiránica.
De ahí la campaña de invierno del S.R.I. que unifica
y vigoriza esta acción ineludible de atención moral y material
asistencia al combatiente. ¿No ha pensado nunca, camarada, en la
tragedia que supondría un eventual avance enemigo? ¿En lo que sería
de ti sometido a la ferocidad fascista? Pues bien, no olvides que el
combatiente, en las trincheras, brinda diariamente su vida por
evitarte hasta la zozobra de que pueda acaecer semejante calamidad y
corresponde a su ingente sacrificio, prestando tu modesta ayuda a sus
apremiantes necesidades.
Una prenda para el frío, un donativo
para adquirirla constituyen el mejor argumento para la obligada
reciprocidad de la vanguardia heroica, con la inapreciable vanguardia
que está labrando nuestra victoria.
Obrero, aporta un jornal a
las exigencias de la campaña de invierno organizada por el
S.R.I.
Empleado, no regatees un día de haber para mitigar
incomodidades a los que defienden con las armas tus justas
reivindicaciones.
Sindicatos, partidos políticos, organismos
todos afectos a nuestro régimen republicano: formad comités en el
seno de vuestras entidades pro-camaña de invierno del S.R.I. y
rivalizad en esfuerzos y desprendimientos que contribuyan al más
linsojero éxito de esta grandiosa empresa.
Y tú, mujer española,
ejemplo universal de sublimes abnegaciones, no puede faltar tu
decisivo concurso en esta magnífica campaña por el triunfo
definitivo de la soberanía del pueblo, la redención del trabajo y
el libre desenvolvimiento de las ideas humanitarias.”
El llamamiento dio su fruto porque a los pocos días (noche vieja de 1937) se repartieron en los frentes próximos a Jaén 50.000 cajetillas de tabaco, 200.000 piezas de dulces, 6.000 litros de aguardiente y ropas de abrigo a los sectores más necesitados. Junto a estas entregas, otro mensaje radiofónico de Dolores felicitando a los soldados que pasaban el año nuevo en la soledad de las trincheras:
"Es para mi un elevado honor y
a la vez motivo de íntima satisfacción dirigiros un entrañable
saludo en esta noche de grandes añoranzas y halagadoras promesas.
Pero más que la presidenta de la Comisión Provincial de la Campaña
de Invierno, os habla con toda el alma una madre que tiene en los
frentes a siete hijos dispuestos a dar la vida por la redención de
España única y eterna.
Recoged en esas fervientes
palabras mías todo el cariño de vuestras madres, de vuestros seres
más queridos y que ellas os sirvan de estímulo para alcanzar en
plazo breve el triunfo definitivo sobre el fascismo internacional,
azote de la civilización.
Salud camaradas.
Y
felicidad en el año nuevo”.8
Su obsesión fue facilitar cobijo y abrigo a los más necesitados. Su labor con el Socorro Rojo Internacional fue incansable organizando rifas benéficas, subastas y envíos humanitarios. El mismo Miguel Osuna, falangista Secretario de Orden Público del Gobierno Civil en la posguerra (quien, por cierto, no se prodigó precisamente en emitir informes favorables de los republicanos que estaban siendo procesados) reconoció que Dolores también se acordaba de los presos derechistas:
"La referida Dolores durante el periodo rojo repartía ropas a los más necesitados e incluso a los detenidos de carácter derechista en la cárcel provincial”.9
El periodista Antonio Jiménez Jiménez (“Argos”) se refería a la labor de las mujeres de Jaén en su sección “”El suceso del día” del periódico “Democracia” tras su visita a los locales del S.R.I. y al de los “Amigos de la Unión Soviética” en los que se almacenaban las donaciones:
“(…) Hay allí, en
aquel rincón, un regalo especialmente emotivo. Es un abanico de
filigrana. Su parte artística no me interesa profundamente, lo que
me llegó al alma fue su dedicatoria: “de una madre de once
comunistas, siete de ellos en el frente”. En efecto, la señora de
Castillo Extremera no pudo enviar otro regalo a la URSS. Hasta el
abanico sobraba. Sólo con la tarjeta enviaba una pócima formidable.
Madre de once hijos marxistas, madre de siete combatientes, como esta
madre hay muchas en España. Madres de camaradas marxistas, madres de
republicanos, madres de anarquistas… En esta tarjeta emotiva,
sentimental, poemática, va un saludo emocionado de las madres
jiennenses. Saludo escrito con lágrimas y acaso con
sangre.
¡Benditas madres españolas, mil veces
benditas!”10
Con las incautaciones de bienes y
útiles de hogar que se realizaron por orden gubernativa a los
elementos desafectos, el Sindicato de Mujeres de la UGT (al que
también pertenecía) organizó subastas entre el campesinado
destinándose los fondos recogidos al Socorro Rojo.
El trío
formado por Dolores y dos de sus hijos, Federico y Manuel, se
convirtió en el puntal más influyente del partido comunista en la
provincia de Jaén. Días antes de concluir la guerra, el 5 de marzo
de 1939, los socialistas, tras el golpe de efecto del Coronel Casado,
dieron orden de anular la influencia comunista y aquel día, tanto
Dolores como sus hijos, fueron detenidos en su propio domicilio junto
a otros comunistas.11
A la conclusión, y tras la entrada de
las tropas nacionales, Dolores fue inmediatamente encarcelada. Sus
hijos intentaron una huida infructuosa al exilio pero finalmente
serían detenidos y conducidos a la prisión provincial de
Jaén.
Dolores, que no se marchó de Jaén porque creyó que nada
debía temer, fue encarcelada antes que sus hijos (26 de agosto de
1939), pero no tuvo la suerte de ellos y sería condenada a muerte a
los cuatro meses de su detención. El texto de la sentencia contiene
párrafos que hablan por sí solos sobre la “independencia” del
Tribunal y la ausencia de garantías de un juicio justo:
"(...) al principio de la dominación marxista falleció su esposo y desde entonces se convirtió en una verdadera hiena con numerosa prole”.12
En realidad se le condenó a muerte por
su filiación comunista y por sus cargos políticos, no por sus
acciones, pues éstas estuvieron centradas, sobre todo, en labores
humanitarias. Se le consideraba una dirigente y, al igual que se hizo
con todos los responsables políticos prendidos, a cada uno se les
consideró culpable de todos los crímenes que se hubiesen cometido
en la provincia de Jaén, aunque no existiesen pruebas de cargo
evidentes (“era una de las principales cabezas de la revolución
roja y responsable, por consiguiente, de cuantos crímenes y desmanes
se cometieron en esta capital y su provincia” –decía la
sentencia).
El colmo del absurdo lo encontramos en la última
parte de la sentencia cuando se acusaba a los dirigentes republicanos
haberse resistido al Levantamiento y no haber permitido que triunfara
el golpe de Estado de forma inmediata:
"Las actividades desplegadas por la procesada (se enumeran) son, aparte de una adhesión eficaz, clara y evidente a la rebelión marxista que tanta sangre a costado a España, actos que han contribuido a favorecerla de manera tan positiva que sin la colaboración de las organizaciones que la procesada dirigía y sin la labor intensa, hipócrita y tenaz de esos destacados elementos, la subversión hubiera durado apenas unos días y se habrían ahorrado caudales de sangre heroica.”13
Parece ser que los que se alzaron en
armas contra un régimen democrático, esperaban, además, llegar al
poder sin resistencia alguna. Dolores García-Negrete fue condenada
por oponerse a la revuelta insurgente y apoyar, desde la retaguardia,
a la vanguardia republicana, lo que justificó su eliminación física
inmediata, pues el régimen de los vencedores tipificó de “rebelión
marxista” a la oposición frontal a su rebelión militar contra el
sistema. Una extraordinaria paradoja histórica.
A las seis de la
madrugada del 1 de marzo de 1940 le fue leída la sentencia en la
prisión provincial de Jaén. Acto seguido entró en capilla sólo
unos minutos, porque en seguida fue conducida al cementerio municipal
de San Eufrasio. Dolores era una mujer muy conocida en Jaén y la
dignidad con la que salió de la cárcel estremeció al piquete de
ejecución. No debió ser fácil para aquellos hombres armados
disparar contra una mujer maniatada. A las siete en punto de la
madrugada, cuando fue apeada del camión junto a la cantera del
cementerio, el oficial que comandaba el piquete, en un descuido de la
mujer, le disparó un tiro en la nuca, seguramente para ahorrarle
sufrimientos y evitar el disgusto de sus hombres. Según testimonios
recogidos el cuerpo sin vida de Dolores García-Negrete Ruiz Zarco se
desplomó y en su caída manchó de sangre una gran losa de la
cantera que lindaba con el cementerio. Aquella mancha negruzca quedó
durante muchos años en la piedra. Dicen que los canteros, que
conocían perfectamente el origen de la mancha, respetaron la piedra
y no hicieron uso de ella quedando tal cual hasta hace pocos
años.
Han transcurrido casi setenta años y, hoy, las palabras
que pronunció Dolores García-Negrete al ser encarcelada se hacen
más significativas: “de la cárcel saldré a hombros o al
patíbulo”.14 Desgraciadamente para ella llegó el patíbulo porque
tuvo la mala suerte de pertenecer al bando perdedor. De haber caído
en el bando contrario su labor se hubiese visto encumbrada y
publicitada hasta el heroísmo.
Está en Científicas represaliadas en Andalucía de la Generación de plata. . Ver pinchando aquí.